Informe de la UCA: 6 de cada 10 chicos argentinos son pobres

Son alrededor de 4,2 millones de niños y adolescentes. No cumplen con necesidades básicas de alimentación y vivienda, entre otros aspectos.

Por Dr. Daniel Cassola

En los últimos tres años, Argentina ha experimentado un aumento en la cobertura alimentaria pública para niños y adolescentes. Sin embargo, a pesar de este incremento, la pobreza en este sector de la población sigue siendo un problema significativo. Según un informe de la Universidad Católica Argentina (UCA), 6 de cada 10 niños y adolescentes se encuentran por debajo de la línea de pobreza, y aproximadamente 4,2 millones están experimentando inseguridad alimentaria debido a la crisis económica. A pesar de los esfuerzos realizados, las medidas implementadas hasta ahora no han sido suficientes para superar la crisis y mejorar la situación de los más vulnerables.

El informe elaborado por el Observatorio de la Deuda Social de la UCA evaluó varias métricas para medir la pobreza infantil, como la alimentación, la subsistencia, la salud, el hábitat, la crianza y la socialización, la información, la educación y el trabajo infantil. Aunque algunos indicadores muestran una ligera mejoría en comparación con los niveles de la pandemia, otros continúan por encima de los niveles prepandémicos.

Según la UCA, el 61,6% de los niños, niñas y adolescentes en Argentina vivían por debajo de la línea de pobreza al finalizar el 2022, lo que equivale a alrededor de 8,2 millones de personas. De este total, 1,6 millones se encontraban en condiciones de indigencia, lo que representa el 13,1% de la población menor de 17 años. Estos datos demuestran que el aumento en la cobertura del gasto público en asignaciones universales y otras transferencias no contributivas no ha logrado reducir la pobreza de manera significativa.

El estudio revela que la pobreza infantil es aún más pronunciada en el Conurbano bonaerense, superando el promedio nacional. En esta región, la pobreza infantil alcanza el 69,1%, y el 16,3% de los niños viven en condiciones de indigencia sin tener cubierta su canasta básica de alimentos.

El informe también destaca la inseguridad alimentaria como un problema importante. Según el Observatorio de la Deuda Social, el 31,4% de la población menor de 17 años sufría inseguridad alimentaria a fines de 2022, lo que significa que aproximadamente 4,2 millones de personas están comiendo menos debido a la crisis económica. Además, 1,6 millones de ellos experimentaron situaciones de hambre en los últimos doce meses.

Otro impacto negativo de la crisis económica es el aumento del trabajo infantil. Aunque la pandemia provocó una disminución temporal en el empleo infantil, los niveles han vuelto a los valores anteriores a la crisis. Actualmente, el 14,8% de los niños y adolescentes se ven obligados a trabajar para ayudar a sus familias, ya sea en actividades económicas o en tareas domésticas.

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