A nivel mundial se producen casi 9 millones de fracturas por año. Si bien se presenta en ambos sexos, afecta principalmente a las mujeres mayores de 50 años.
Por Dr. Daniel Cassola
El aumento en la expectativa de vida de la población genera nuevos desafíos en el campo de la salud. Uno de ellos es el que supone el crecimiento del número de casos de osteoporosis. El estudio “Latam Audit 2021: epidemiología, costo e impacto de la osteoporosis y las fracturas por fragilidad” publicado por la International Osteoporosis Foundation (IOF, sus siglas en inglés) señala que “existe un aumento considerable en la población mayor de 50 años en todos los países de la región, lo cual se asociará con un aumento de la tasa de fracturas por fragilidad”.
La osteoporosis es una enfermedad que afecta tanto a hombres como a mujeres y se caracteriza por la pérdida de la masa ósea, la cual predispone a sufrir fracturas por fragilidad. Si bien la cursan pacientes de ambos sexos, afecta principalmente a las mujeres, más aun en edad post menopáusica dados los cambios hormonales que el cuerpo atraviesa.
Se estima que, en Argentina, una de cada cuatro mujeres en edad post menopáusica tiene osteoporosis. Es una enfermedad cada vez más frecuente porque la población vive más y así como aumenta la expectativa de vida, aumenta la prevalencia de esta enfermedad.
La osteoporosis es una enfermedad silenciosa ya que no presenta síntomas hasta que se produce una fractura después de una caída desde su propia altura o un golpe leve. Ocurren con mayor frecuencia en las vértebras (columna), muñeca y cadera. Según indica la IOF, “se estima que aproximadamente entre el 20 % y 24 % de los pacientes con fractura de cadera mueren en el primer año tras ocurrida la fractura; mientras que la pérdida de funcionalidad y movilidad entre los supervivientes es considerable, siendo alrededor del 33% totalmente dependientes al año posterior a la fractura”.
Los profesionales de diversas especialidades (clínica, endocrinología, ginecología o reumatología) pueden inferir que una fractura es el primer síntoma de la osteoporosis. Para ello, en función de la historia clínica del paciente se realizan estudios simples (radiografía, densitometría ósea y estudios de laboratorio) que confirman rápidamente la enfermedad.
De no diagnosticarse y tratarse oportunamente, la osteoporosis es una enfermedad que puede resultar discapacitante y afectar severamente la calidad de vida de quienes la padecen.
Además de las terapéuticas específicas para la enfermedad, existen algunas medidas que pueden ayudar a prevenir y combatir la osteoporosis. Una parte fundamental, independientemente de su edad o del estado de su salud ósea, es garantizar hábitos saludables para los huesos. Una dieta balanceada, es decir, rica en calcio, vitamina D y proteínas, es esencial para preservar el esqueleto sano en la vida adulta. La realización de actividad física es clave: priorizar los ejercicios con peso para fortalecer músculos y entrenar el equilibrio.
La prevención de las caídas es especialmente importante porque los huesos de los pacientes con osteoporosis son frágiles y pueden quebrarse fácilmente, incluso como resultado de un pequeño resbalón.