La pandemia impactó en la salud mental a nivel global

Los dos años de emergencia sanitaria significaron un golpe para el equilibrio emocional de buena parte de la población mundial. Muchos pacientes diagnosticados previamente experimentaron dificultades para continuar con sus tratamientos.

Por Dr. Daniel Cassola

Todavía no se puede medir el impacto total de la pandemia en la salud mental de la población pero sí es posible obtener algunas certezas sobre distintos elementos que jaquearon la estabilidad emocional de muchas personas. En este sentido, el aislamiento social de los primeros meses, la incertidumbre frente al contagio y la gravedad de la infección, sumado al duelo por la pérdida de seres queridos, son sólo algunos de los elementos a considerar.

Para los pacientes que ya habían sido diagnosticados con algún trastorno mental antes de la irrupción del coronavirus, todo se hizo cuesta arriba. La dificultad para continuar los tratamientos, el corte abrupto de las rutinas sociales y los cambios bruscos en las pequeñas reglas de juego cotidianas, desestabilizaron aún más a quienes estaban en tratamientos de salud mental.

Según un estudio publicado recientemente en la revista médica The Lancet la prevalencia mundial de la depresión y los trastornos de ansiedad en 204 países y territorios aumentó en 2020 debido a la pandemia. De esta manera, la salud mental disminuyó drásticamente en ese año, con un estimado de 53 millones de casos adicionales de trastornos depresivos mayores y 76 millones de casos adicionales de trastornos de ansiedad observados en todo el mundo. Se encontró que las mujeres y las personas más jóvenes se vieron más afectadas que los hombres y los adultos mayores.

En Argentina, Susana Baldini, directora médica de la Cámara Argentina de Especialidades Medicinales (CAEME), destacó que “visibilizar los trastornos de salud mental es el primer paso para que todos como sociedad tomemos conciencia de su relevancia y de la importancia de su adecuado diagnóstico y abordaje integral”.

“Sin duda, la pandemia ha llevado a un incremento en el número de adolescentes que reportan tener algún problema de salud mental”, señaló José Benjamín Guerrero, jefe del departamento de Psiquiatría y Salud Mental de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). “No hay que olvidar que la depresión es una de las principales causas de enfermedad y discapacidad en los adolescentes en el mundo”, insistió.

“De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), los trastornos mentales representan el 16 % de la carga mundial de enfermedades y lesiones en adolescentes”, dijo y agregó que la pobreza, el abuso y la violencia en sus diferentes formas son factores que hacen a los jóvenes más vulnerables a los problemas de salud mental.

En la Argentina, un estudio del Conicet de alcance nacional expuso el impacto que tuvo la pandemia en los problemas de salud mental. De acuerdo a esa investigación, el 47,2% de las personas consultadas contestó que tuvo algún “trastorno de ansiedad”, seguido por la “depresión” (36,8%) y afecciones de tipo “psiquiátrico” (14,0%).

La investigación corroboró que los padecimientos mentales se constituyeron en un mal de época durante el último año de coronavirus. Los participantes declararon haber padecido tres dificultades principales en su salud: las afecciones mentales encabezaron el primer lugar de las respuestas, y en segundo orden, las alergias (42,3%) y los problemas de la piel (34,7%).

Además de todos los contagios y las víctimas, la pandemia produjo un aumento exponencial de trastornos vinculados a afecciones mentales.

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