Por Redacción Curar con Opinión
El mal de Chagas continúa siendo una de las enfermedades endémicas más relevantes de América Latina y un desafío persistente para la salud pública argentina. Se estima que en el país entre 1,5 y 1,6 millones de personas están infectadas por el parásito Trypanosoma cruzi, mientras que otros 7 millones permanecen en riesgo de contraerlo, según datos del Ministerio de Salud de la Nación. La Fundación Mundo Sano calcula que cada año nacen alrededor de 1.300 niños con Chagas congénito, producto de la transmisión de madre a hijo durante el embarazo, una vía que se ha convertido en la principal fuente de nuevos casos en zonas donde la vinchuca, vector tradicional de la enfermedad, ya se encuentra controlada.
En este contexto, la detección temprana adquiere una importancia decisiva. La Organización Panamericana de la Salud (OPS) sostiene que el tratamiento antiparasitario iniciado durante la etapa aguda alcanza tasas de curación superiores al 90 %. Sin embargo, en Argentina persiste un importante subregistro: estudios del Instituto Nacional de Parasitología “Dr. Mario Fatala Chabén” estiman que por cada caso detectado podrían existir entre seis y trece sin diagnóstico confirmado.
Ante esta necesidad, la ciencia argentina dio un paso fundamental con la presentación del Neokit Chagas, el primer test molecular de desarrollo nacional capaz de diagnosticar la infección desde las primeras horas de vida. El dispositivo, creado por el Instituto Dr. César Milstein en colaboración con la empresa público-privada NEOKIT S.A.S., fue validado y aprobado por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT). El lanzamiento se realizó en el Hospital Público Materno Infantil de Salta, donde comenzó su implementación piloto.
El Neokit Chagas combina precisión, bajo costo y simplicidad de uso. Requiere apenas una gota de sangre y no demanda infraestructura compleja, lo que permite su aplicación en hospitales y centros de salud de todo el país. Su funcionamiento es visual: el reactivo cambia de color —violeta si es negativo y azul si detecta la presencia del parásito T. cruzi—, lo que agiliza la lectura de resultados. “El diagnóstico temprano es fundamental, porque esta es una enfermedad que, detectada a tiempo, se cura”, explicó Paola Zago, directora de la Unidad de Conocimiento Traslacional Hospitalario del centro salteño.