Uno de cada cuatro adultos mayores viven en condiciones de pobreza estructural

El dato se desprende de un estudio presentado por el Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina (ODSA-UCA) y Fundación Navarro Viola.

Por Dr. Daniel Cassola

El informe presentado ayer por la UCA describe la situación de los adultos mayores de 60 años según condiciones sociales, económicas, de vivienda, del estado y atención de salud y del bienestar subjetivo experimentado durante los años 2017 a 2021. Los datos ponen en evidencia las capacidades y recursos desiguales, así como aquellas falencias que los adultos mayores han manifestado al atravesar el aislamiento y distanciamiento promovidos por la pandemia de Covid-19.   

La insuficiencia de ingresos es una de las variables que más afecta a las personas mayores. Aunque hay una tendencia creciente a seguir formando parte de los mercados laborales, la gran mayoría obtiene sus ingresos del sistema previsional, que en Argentina es prácticamente universal. Sus otras fuentes de ingresos son los ahorros propios y la ayuda de terceros.

Hay acuerdo entre los especialistas que las mediciones de la pobreza por ingresos no son aplicables a las personas mayores por la ausencia de una canasta básica de necesidades para esta población. Por ello, según aclara la UCA en su informe, se aplica el método multidimensional que expresa cuántas carencias básicas se tienen. En personas mayores, el 26% tiene pobreza estructural (2 o más carencias).  

Se encuentran en una mejor situación relativa las personas de más de 75 años, las personas mayores que han finalizado sus estudios secundarios, quienes viven solos o con otras personas también mayores, y quienes viven en CABA.  

Además, el 12% de las personas mayores no accede a una vivienda digna. Esto se encuentra totalmente asociado al nivel educativo y al nivel socioeconómico. Tener el secundario completo es un “seguro” y se encuentran en mejor situación las personas mayores de 75 años y las personas que no conviven con menores de 60. En cuanto al déficit de acceso a servicios básicos, en personas mayores es del 23%.  

En lo relacionado a estado de salud autopercibido, existe mucha heterogeneidad: 1 de cada 3 personas mayores menciona no tener ningún problema de salud y 1 de cada 4 menciona tener su salud comprometida. El déficit es mayor que entre las personas más jóvenes. Es algo específico de las personas mayores, pero no todas las personas mayores tienen su salud comprometida. En cuanto al déficit de consulta médica, es necesaria al menos una consulta médica anual, pero el 19% de las personas mayores no la realizan. Las personas mayores consultan más que los sub 60. 

El 73% de las personas mayores no hace actividad física al menos una vez a la semana. También entre los sub 60 el déficit es alto, pero menos pronunciado que entre las personas mayores. Casi 5 millones de personas mayores deberían incorporar ejercicios físicos en su rutina semanal. En CABA el déficit es menor, al menos la mitad hace prácticas. 

Además, este informe encuentra que la sensación de insatisfacción y tristeza afecta al 15% de las personas mayores (alrededor de 1 millón).  Por otra parte, el sentimiento de inseguridad entre las personas mayores es muy alta: dos de cada tres creen que es muy o bastante probable que les ocurra.

Todos estos datos sirven para comprender en qué situación cotidiana están los adultos mayores en Argentina. Se trata de un sector de la población con el existe una deuda constante que permanece impaga.

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