Cómo evitar la obesidad en nuestros hijos

Proponer una alimentación consciente, alejarlos del sedentarismo y disminuir la exposición a pantallas electrónicas son algunas de las medidas para evitar la obesidad y sus consecuencias emocionales y sociales. Cómo lograrlo.

La obesidad es una enfermedad caracterizada principalmente por un desequilibrio entre lo que se come y lo que se gasta. Si los chicos comen excesivas calorías se acumularán en el tejido adiposo (masa grasa) con consecuencias negativas, tanto físicas como emocionales y sociales llevando muchas veces al aislamiento con respecto a sus compañeros.

¿Cómo se gasta la energía?

1 – Hay una que se gasta para funciones básicas como respirar.

2 – Otra se utiliza para para poder metabolizar los alimentos y llevarlos a su mínima expresión, obteniendo así los nutrientes necesarios para la vida.

3 – Otra se gasta con el movimiento y la actividad física, que es el gasto que más podemos modificar.

El ejercicio es un componente fundamental para regular el peso cuando es acompañado de una disminución significativa de la ingesta de energía.

Hoy se consumen muchas calorías extra muy fácilmente; basta observar la cantidad de gaseosas con azúcar, snacks, golosinas, pochoclos y similares que se consumen sin controlar la porción ni la frecuencia, así como la comida comprada, ricas en grasas y harinas, es decir, más engordantes.

Ciertos estímulos externos, como «la play» o «la compu», impiden llegar a sentir saciedad, esa sensación de satisfacción que pondría fin al acto de comer

Muchas veces se utilizan estas calorías extras realizando otras actividades como «en la compu» o «jugando a la play» o «mirando TV» o «en el cine»… sin gastarlas… ¡acumulándolas!

Además estos estimulos externos no le permiten al centro de saciedad, que está en el cerebro, registrar la cantidad de energía ingerida. Es por esto que los niños no dejarían de comer mientras juegan horas y horas en “la play” o en “la compu” sin lograr sentir saciedad, esa sensación de satisfacción que pondría fin al acto de comer.

Este apetito también se ve estimulado por los alimentos ricos en grasas y azúcares simples, como el azúcar de mesa, las mermeladas, los dulces y la miel, usados hoy en día como ingredientes principales en la elaboración muchas galletitas dulces o productos de pastelería que siguen estimulando las ganas de comer.

Cómo evitar el sobrepeso en nuestros hijos

Primero: les propongo reflexionar. ¿Qué comen y cómo comen?

¿Comen sin límites y sin parar grasas y azúcares simples, como galletitas, panes, alfajores, golosinas, pizzas, empanadas, hamburguesas compradas?

¿No es mejor preparar la vianda para el colegio o la colonia que darle plata y que se compre lo que haya?

¿Qué podemos hacer si en el colegio o en la colonia no hay ofertas saludables?

¿Dejamos al niño con lo que simplemente haya, o tomamos conciencia de que no es lo mismo una alimentación consciente que sin consciencia?

Segundo: hacer una compra consciente en el super, almacén o las ferias del barrio; tengamos en cuenta que en casa nuestros niños comerán lo que hay disponible y lo que los adultos comemos, porque aprenden imitándonos.

Para hacer una lista de compras consciente, elegir:

– Lácteos descremados y carnes magra (o sacarles las grasa visible antes de cocinar).
– Vegetales crudos y/o cocidos para acompañar cualquier almuerzo y cena, limitando la papa y la batata, el choclo y la mandioca. Esto permitirá bajar las calorías y dar más saciedad, y más todavía si se compra harina integral para las pizzas y empanadas en lugar de comprarlas hechas. Dejar el delivery para el fin de semana o para un día festivo pero no para todos los días.
– Preparar fruteras a la vista, con frutas limpias y listas para comer.
– Reemplazar las bebidas y gaseoas comunes por el agua o las variedades sin azúcar, y dejar las bebidas y gaseosas para los fines de semana y los días festivos, por ejemplo los cumpleaños.
– Hacer los pochoclos en casa, con arroz pisingallo, en lugar de comprarlos hechos.

Tercero: apartarlos de los estímulos externos perniciosos para una buena nutrición. El adulto a cargo puede hacer que el niño esté sólo 2 horas al día frente a las pantallas (computadora, televisor, tablet, etc.)

Cuarto: preparar una merienda saludable y no acercársela a la cama ni al piso en bandeja mientras sigue su jugando con la play o viendo TV. Sería bueno que los adultos aprendamos que correrlos de los estímulos externos a la hora de comer los ayudará a comer conscientes; de lo contrario el cuerpo les pedirá mas y más comida, y con más razón si es rica y divertida.

Pedirles su compañía para ir a hacer las compras y elegir: es una manera de apartarlos de las “pantallas en casa” y hacerlos partícipes de una elección responsable y saludable.

Sus juegos o entretenimientos pueden durar horas y horas hasta que esté lista la cena… y otra vez ingresa energía sin que haya habido gasto de la energía extra, acumulándose en la masa grasa de sus cuerpos y alterando silenciosamente sus funciones, dando origen despacito y de a poco a las complicaciones físicas que conducen a emociones negativas y aun posible aislamiento social.

La obesidad se asocia a enfermedades respiratorias como las apneas, que suelen venir acompañadas de déficits neurocognitivos por somnolencia diurna, afectando el aprendizaje y el desempeño escolar

Para saber un poco más…

La obesidad se asocia con hipertensión arterial; dislipidemia; enfermedades respiratorias durante el sueño, tales como el insomnio, los ronquidos y las apneas. Estas últimas suelen venir acompañadas de déficits neurocognitivos por “somnolencia diurna constante”, dada la imposibilidad de dormir bien de noche, afectando su aprendizaje y desempeño escolar.

Se asocia también con síndrome metabólico y aumenta al doble la probabilidad de padecer enfermedad cardiovascular en la adultez temprana.

En suma, enseñar con el ejemplo a comer conscientes es la clave, así comenzaremos a limitar la ingesta de calorías extra, aumentando su calidad de vida física emocional y social.

* Mariana Iturri es Licenciada en Nutrición (UBA), saludyalimentacion@hotmail.com

Fuente: Clarín

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