Cada 17 de noviembre se conmemora el Día Internacional del Cáncer de Pulmón. Especialistas recuerdan la importancia de la detección temprana y los tratamientos oportunos de uno de los cánceres más mortales y frecuentes a nivel mundial.
Por Dr. Daniel Cassola
Según datos del Instituto Nacional de Cáncer (IARC), el cáncer de pulmón es uno de los cánceres más frecuentes a nivel mundial y también es el que más mortalidad genera. Por su parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS), sostiene que el cáncer es la segunda causa de muerte en el mundo, ya que ocasiona cada año 10 millones de defunciones. En relación con el cáncer de pulmón, el tabaquismo es el principal factor de riesgo y ocasiona aproximadamente el 25% de las muertes por cáncer.
El cáncer de pulmón es una enfermedad que afecta de manera directa a las células de los pulmones, provocando un crecimiento anómalo de las mismas, que poco a poco van minando y dañando los tejidos y el canal respiratorio. Solo en la Argentina y según las últimas estadísticas, la incidencia de esta enfermedad asciende a 11.595 casos, afectando en mayor medida a personas de entre 60 y 65 años, sin distinción de sexo.
El cáncer del pulmón puede aparecer en personas que tienen el hábito de fumar. De acuerdo a las investigaciones hechas al respecto, se ha comprobado que el cigarrillo causa el 85% de esta patología. Al inhalar el humo del cigarrillo, que está compuesto de sustancias que producen cáncer o carcinógenos, se producen alteraciones en el tejido del pulmón casi de inmediato.
Al principio, el organismo puede reparar ese daño, pero, con el tiempo, las células comienzan a actuar de manera anómala, lo cual puede derivar en un cáncer. El tabaco también puede dañar a otros órganos del cuerpo, como el corazón, los vasos sanguíneos, los órganos genitales, la boca, la piel, los ojos y los huesos. Sin embargo, dejar de fumar a cualquier edad puede disminuir considerablemente el riesgo de padecer cáncer de pulmón.
Si bien no existe una forma segura de prevenir el cáncer de pulmón, sí es posible disminuir los riesgos. Para ello es importante no fumar o dejar de hacerlo, evitar el humo de segunda mano, evitar la exposición a los carcinógenos, hacer ejercicio de manera frecuente, evitar el consumo nocivo de alcohol y evitar el contacto con productos químicos tóxicos, agentes contaminantes o radiación.
En general, el cáncer de pulmón no produce signos ni síntomas en los estadios más tempranos, por lo que generalmente se presenta sólo cuando la enfermedad está avanzada, según detalla Valeria El Haj, médica de la obra social Ospedyc.
Algunos de los signos más frecuentes del cáncer de pulmón pueden ser tos que no desaparece y empeora con el tiempo, dolor constante en el pecho, tos con expectoración con sangre, falta de aire, silbidos al respirar o ronquera, inflamación del cuello y la cara, dolor corporal y fatiga, entre otros.
El diagnóstico temprano del cáncer de pulmón es el principal condicionante para el éxito en el tratamiento. En estadios tempranos, este tipo de cáncer puede, en alrededor del 20% de los casos, ser tratado quirúrgicamente con éxito de curación.