Por Redacción Curar con Opinión
Las fiestas de Navidad y Año Nuevo son sinónimos de celebración y de alegría, pero muchas veces los festejos se ven opacados por determinados incidentes para los cuales tenemos que estar preparados
El atragantamiento es un accidente habitual en los más chicos, que suelen llevarse a la boca diferentes objetos que se encuentran en el hogar, pero también es muy común que les suceda a adultos y adolescentes, por ejemplo, al ingerir bocados demasiado grandes o un hueso por accidente.
“El atragantamiento se produce cuando un trozo de alimento u otro cuerpo extraño queda atorado en la garganta o en la vía aérea de una persona, provocando asfixia, es decir, que el oxígeno no puede llegar a los pulmones y al cerebro, con el consiguiente riesgo de daño cerebral y muerte”, comenta Valeria El Haj, Directora Médica Nacional de OSPEDYC.
En adultos, el atragantamiento puede evitarse si se toman las siguientes medidas preventivas:
- Cortar los alimentos en trozos pequeños.
- Masticar los alimentos lo suficiente y con lentitud, especialmente si se usa prótesis dental.
- No reírse ni hablar durante la masticación.
- Evitar la ingesta excesiva de alcohol.
- En el caso de bebés y niños, se sugieren las siguientes medidas preventivas:
- Mantener los objetos pequeños (monedas, tachuelas, globos y otros juguetes) fuera de su alcance.
- Evitar que los niños jueguen, caminen o corran con alimentos u objetos en la boca.
- Supervisar los juegos y comidas de los niños pequeños, ya que la distracción de los mayores puede llevar a situaciones de riesgo de los mismos.
“Si, tras un atragantamiento, el niño balbucea, llora, habla o tose, quiere decir que el aire está pasando por las vías aéreas y probablemente se trate de una obstrucción parcial. En ese caso, debemos dejar que el niño tosa naturalmente, sin darle palmadas en la espalda ni agua, ya que el cuerpo extraño puede moverse y la obstrucción parcial puede convertirse en total”, desarrolla El Haj.
En el caso de los adultos y niños mayores de un año, quienes presentan una obstrucción de su vía aérea por un cuerpo extraño y no pueden respirar, generalmente se llevan las manos al cuello y el rostro y cuello se les enrojecen. La médica plantea que, si no se ha conseguido la expulsión del cuerpo extraño de forma natural, se debe comenzar a realizar la “maniobra de Heimlich” de forma inmediata, mientras se pide ayuda sanitaria profesional.