Fuente: Diario Popular
Un total de 104 heridos por pirotecnia, «corchazos» y otros episodios relacionados con los festejos de Año Nuevo fueron asistidos en distintos hospitales porteños y bonaerenses, 68 en la Provincia y 36 en la Capital Federal, se informó oficialmente hoy
En la ciudad de Buenos Aires, el número de lastimados bajó a más de la mitad de los 148 que se habían registrado para la misma fecha de 2013: un 54 por ciento menos.
En el Hospital Lagleyze los especialistas asistieron a 23 heridos, en el Santa Lucía fueron atendidos 21 y en el Hospital de Quemados, a 24.
En tanto, en la provincia de Buenos Aires, unas 36 personas ingresaron a las guardias de distintos hospitales durante la madrugada del 1 de enero, en su mayoría por quemaduras derivadas del uso de pirotecnia y daños oculares.
«Estamos viendo menos casos que otros años, sin embargo el uso de pirotecnia está muy arraigado en nuestras costumbres festivas y, lamentablemente, una vez más, muchos tuvieron que suspender la fiesta y recurrir a los servicios de emergencias», expresó el ministro de Salud bonaerense, Alejandro Collia.
En tanto, en la Capital Federal, 24 personas fueron asistidas en el Hospital de Quemados, entre ellas 16 menores, durante los festejos de Año Nuevo, una cifra que representa menos de la mitad que la alcanzada en la Navidad cuando fueron atendidas 53 por el mismo motivo en ese establecimiento.
El caso de mayo gravedad es el de un joven de 18 años que «sufrió la amputación de una falange de una mano», según indicó la directora del nosocomio, Miryam Miño.
«Es una lesión local que para él es severa. Pero, por cómo nos cuenta que explotó, salió bastante bien porque fue sólo una falange», indicó a la prensa la profesional.
Miño sostuvo la recomendación del establecimiento que dirige, relacionada a evitar el uso de pirotecnia, para seguir reduciendo el número de heridos.
No obstante, reconoció la diferencia entre la pirotecnia legal y la ilegal, en torno a su peligrosidad.
«Esta vez tenemos el caso de dos niños que tenían en el bolsillo la pirotécnica e implosionó sola. Uno sabe por eso que son ilegales. No les dañó los genitales, pero sí la ingle», explicó en ese sentido.
Miño aclaró que la cantidad de heridos se puede incrementar en el curso del día cuando sean asistidas, en su gran mayoría personas, que recibieron lesiones de carácter leve por el uso de pirotecnia.
En tanto, un total de 44 personas fueron asistidas en los hospitales Santa Lucía y Lagleyze de Buenos Aires por heridas oculares durante los festejos de Año Nuevo, debido al destape de bebidas gasificadas y la pirotecnia.
En el Santa Lucía, la cantidad de lastimados, 21, representa una reducción del 62 por ciento con respecto a la verificada el año pasado (55), según datos del Ministerio de Salud porteño.
La jefa de guardia de ese hospital, Nancy Sichetti, señaló que cuatro de los heridos quedaron internados por haber recibido heridas que «comprometen el globo ocular».
En esos cuatro casos se incluye a tres niños que fueron derivados al Hospital Pediátrico Garrahan, además de un hombre de 51 años que quedó internado en el Santa Lucía.
Mientras la mayoría de los asistidos sufrieron heridas de pirotecnia y «corchazos», también existía el caso de un joven que fue mordido por un perro doméstico, asustado por los ruidos de los primeros minutos del año.
En tanto, en el Hospital Lagleyze se registraron 23 lesionados por causas similares, entre ellos cinco menores de edad.
Los médicos del centro asistencial del barrio de La Paternal indicaron que veinte de los heridos sufrieron heridas por pirotecnia y otros dos por «corchazos».
Indicaron además que se produjo un aumento en la cantidad de heridos por pirotecnia y una reducción en las lesiones por el destape de botellas espumantes.
Los casos más graves son los de un adolescente de 15 años y un joven de 18, que sufrieron estallido de globo ocular.
En tanto, un joven de 20 años oriundo de la localidad de San Martín, debió ser intervenido quirúrgicamente por haber recibido un cuerpo extraño en el ojo.
El accidente se produjo cuando un niño de once años levantó un artículo de pirotecnia usado y sin mecha, y lo volvió a encender.