Por Redacción Curar con Opinión
Con la llegada del calor, las altas temperaturas impulsan a buscar formas de refrescarse y, como consecuencia del uso frecuente de piletas o incluso visitas al mar, es en esta etapa donde más personas expresan molestias auditivas relacionadas a los hábitos del clima estival.
Según estudios recientes, cerca del 10% de las personas desarrollarán otitis externa a lo largo de su vida, y la mayoría de los casos (95%), serán agudos. Por otra parte, el 84% de los casos se producen durante el verano y en climas tropicales, posiblemente relacionados con el aumento de la humedad.
Se cree que esta respuesta inflamatoria está causada por una alteración del pH normal y de los factores protectores dentro del conducto auditivo. Esta molesta infección se origina por la entrada de agua y humedad prolongada en el conducto auditivo externo. Es bastante dolorosa y se produce, principalmente, por las aguas poco salubres y, en caso de no tratarla, la enfermedad puede agravarse.
Pero, aunque suele ser la más reconocida durante el verano, el agua no es el único posible agente de infecciones de oído. El abuso del aire acondicionado también puede ser una causa importante de esta patología. Este tipo de dispositivos reduce la humedad del entorno y provoca un ambiente artificial frío y seco que afecta a las vías respiratorias y el oído. También la falta de agua en el organismo y la consiguiente deshidratación puede provocar acúfenos, sobre todo por la disminución del volumen de sangre en circulación y la tensión arterial baja.