Leer las etiquetas de los alimentos: ¿qué hay que saber?

FUENTE: La Nación

Como cada año, la World Action on Salt & Health (WASH) decreta, del 20 al 26 de marzo, la «Semana Mundial por la Sensibilización sobre la sal» con el objetivo de disminuir el consumo de sal a 5 gramos diarios por persona, uno de las metas planteadas por la Organización Mundial de la Salud: «Si bien cada año hay más información al respecto, muchos alimentos todavía tienen sal añadida, incluso aquellos que no necesariamente tienen gusto salado como helados, gelatinas, galletas y premezclas. Esto genera un exceso de consumo en un marco donde la reducción de 3 gramos en el consumo de sal por día, podría evitar unas 6.000 muertes al año en nuestro país.» argumenta el Dr. Obregón, Director del Consejo Argentino de Hipertensión Arterial de la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC).

A pesar de que la mayor parte de los alimentos ya cumplen con la primera etapa de descenso de sodio fijada por la ley N° 26.905, conocida como «Ley de Saleros» (del 2013), el 71% de la población argentina de entre 16 y 80 años desconoce la necesidad de bajar el consumo de sodio.

«Al hablar con los pacientes, se puede percibir el desconocimiento general que existe con respecto al consumo ‘involuntario’ de sodio. Leer las etiquetas al momento de efectuar la compra mensual puede generar una notable diferencia en el consumo diario de sal debido que dicho mineral es utilizado frecuentemente sólo como conservante, generando una ingesta excesiva que produce miles de muertes evitables por año», puntualiza Obregón.

Asimismo, el médico de la Sociedad Argentina de Cardiología insiste en enfatizar la importancia de conocer los distintos porcentajes de sodio que poseen alimentos símiles. Incluso el agua tiene sodio y aun así, solo el 11% consume las marcas con bajos niveles del mismo. Si nos remitimos a los dos litros recomendados por día para lograr una hidratación adecuada, el aporte de las aguas de alto contenido de sodio podría alcanzar los 328 mg por día, mientras que el de las bajas en sodio sólo 20 mg por día» compara el cardiólogo.

Cómo leer las etiquetas nutricionales

Cada vez más alimentos comienzan a sumarse a la adopción de leyendas que alertan sobre su bajo o alto contenido en sodio, a fin de ser consumidos con mayor conciencia por parte del consumidor. Aún así, muchas veces no queda claro de qué tan bajas proporciones de sodio aporta.

Aquí las cantidades aproximadas:

Bajo contenido de sodio: menos de 150 mg por porción.

Contenido moderado de sodio: 150 – 400 mg por porción.

Alto contenido de sodio: más de 400 mg por porción.

«Es relevante destacar que tanto la expresión bajo contenido de sodio como sin sal o sin sal agregada en la etiqueta de un alimento no significan que el producto se encuentra libre de sodio. Por estos pequeños trucos de las compañías alimenticias es que debemos prestar principal atención a la lectura general de los productos que consumimos. Se recomienda comparar y elegir siempre la opción con el menor contenido de sodio posible» finaliza Obregón.

Además existe una llamada sal oculta, es decir, la que se encuentra en los alimentos que debido a su composición o elaboración y suman sodio a nuestra dieta diaria. Por ejemplo en el caso del agua, hay una gran diferencia entre aquellas que tienen un bajo contenido en sodio y las que no. Si se compara la ingesta de sodio de un agua con alto contenido, en los dos litros diarios recomendados, la cantidad alcanza los 800 mg, mientras que en un agua con bajo contenido de sodio, el total diario en 2 lts alcanza solo a 50 mg.

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