Por Redacción Curar con Opinión
Los centros de salud de Mendoza están colapsados y con una escasa capacidad de respuesta que excede a las situaciones excepcionales relacionadas con el aumento de enfermedades respiratorias, que este año llegaron de manera “adelantada”.
Lo cierto es que hoy, en un contexto donde casi la mitad de la población depende de manera exclusiva de la atención en los efectores estatales (no cuentan con obra social ni prepaga), el acceso a la atención primaria sigue presentando debilidades: faltan especialistas en pediatría y clínica; las dos áreas más requeridas y por las que los turnos se otorgan con límites muy inferiores a la cantidad de prestaciones solicitadas a diario. Además, aseguran pacientes y personal, no faltan las situaciones en las que escasean insumos y medicamentos o se necesitan arreglos concretos desde el punto de vista edilicio.
En los centros de salud emplazados en el Área Metropolitana de Mendoza, las necesidades son múltiples y no son nuevas. En la entrada del Centro de Salud Ramón Carrillo, de Godoy Cruz, Daiana Morales (23) espera a que un pediatra revise el estado de salud de su pequeño hijo de cuatro años y su bebé de cuatro meses. “Están con fiebre desde hace unos días y no les baja. Tienen mucha tos y congestión”, dice la joven que había llegado al lugar desde el barrio Los Paraísos a las siete de la mañana para sacar el turno. Pero desde hace más de tres horas se mantiene en pie junto a su niño y el changuito.
A ambos lados del ingreso a la sala, las personas con diferentes necesidades de atención se suman a la espera. Otras mamás con bebés, adultos mayores y mujeres que van a hacerse chequeos ginecológicos, forman parte de la alta demanda de atención médica en el centro de salud. En tan solo unos minutos, los pacientes con diferentes patologías se van abarrotando en las cercanías de la puerta principal de ingreso.