Sedentarismo y malos hábitos alimenticios: aumentan los casos de gota

La gota es un tipo de artritis. Ocurre cuando el ácido úrico se acumula en la sangre y causa inflamación en las articulaciones. Suele manifestarse con dolor intenso y se vincula al sobrepeso y a un consumo elevado de carne y alcohol. También tiene un componente hereditario.

Por Dr. Daniel Cassola

Según la Sociedad Argentina de Reumatología, en los últimos años se ha visto un incremento de los pacientes que padecen gota, por el exceso de consumo de alcohol y sobre todo por el diagnóstico temprano que tiene esta enfermedad.

En el último congreso de la SAR, Gonzalo Rodríguez Falabella, integrante del grupo de estudio sobre artrosis de esta institución disertó sobre gota y sus implicaciones clínicas y terapéuticas. En este sentido, explicó que si bien la enfermedad “afecta sobre todo al sexo masculino, con una proporción de 15 a 1 con respecto al sexo femenino, las mujeres aumentan la incidencia de esta enfermedad en su etapa posmenopáusica, cuando cesa el aporte de estrógenos y aumenta el ácido úrico en sangre”.

De esta manera, se registra un claro incremento en las últimas décadas de los casos de gota, lo que se relaciona con una mayor esperanza de vida, cambios en los hábitos alimentarios y la epidemia de obesidad que atraviesa a la sociedad actualmente.

El aumento se da predominantemente en adultos mayores de 30 años y el número de casos real podría ser aún mayor debido a que se estima que hay un subdiagnóstico en pacientes con síntomas leves, en mujeres y ancianos que en oportunidades presentan síntomas atípicos, así como en personas portadoras de patologías que predisponen a la hiperuricemia.

La gota está en aumento en la población mundial a lo largo de las últimas décadas, a medida que el ser humano se volvió más sedentario y su dieta menos saludable. La incidencia de gota es mucho más baja en Asia o en países en vías de desarrollo que en países desarrollados, como los europeos y Estados Unidos.

Como medida preventiva y de tratamiento los especialistas sostienen que es fundamental la supresión del consumo de alcohol, la pérdida de peso, tener una dieta baja en purinas (que aportan mariscos, carnes rojas, embutidos), evitar las bebidas azucaradas y los alimentos con alto contenido de fructosa.

A su vez, algunas bebidas como la cerveza, tienen una concentración muy alta en purinas y eso empeora el nivel de ácido úrico. En casos de pacientes que presentan una tendencia hacia la hiperuricemia, es posible recetar medicamentos para que el nivel de ácido úrico en sangre baje y no llegue a generar gota. La actividad física es otro de los aliados para prevenir esta enfermedad, así como el control de los riesgos cardiovasculares.

Todos los cuidados y medidas de prevención son recomendados en función de no desarrollar formas más graves de la patología. “Si los síntomas de la gota no son tratados a tiempo y de forma oportuna, puede producir una severa discapacidad secundaria a la gran destrucción arterial que genera. Asimismo, puede producir insuficiencia renal con requerimiento de diálisis y aumentar la tasa de mortalidad cardiovascular; esto es secundario del depósito de estos cristales de ácido úrico, ya sea en la aorta o en la arteria coronaria. Los pacientes gotosos, en general, padecen enfermedades concomitantes, como hipertensión, diabetes mellitus o dislipidemia”, indicó Rodríguez Falabella.

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