Continúa la disparada en el precio de los insumos médicos necesarios para combatir la pandemia

Las subas en los precios de insumos son constantes, en el mejor de los casos se atenúa. Es necesario un programa que controle y sancione los incrementos. Se trata de productos, en esta coyuntura, tan vitales como los alimentos.

Por Dr. Daniel Cassola

Un estudio realizado por la cámara de prestadores médicos Adecra+Cedim arroja números realmente espeluznantes sobre el incremento en los precios de los insumos necesarios que las instituciones de atención necesitan para hacer frente a la pandemia. El mejor de los casos posibles, en esta coyuntura, es que aumenten un poco menos que el mes anterior.

En líneas generales los insumos médicos aumentan porque los precios de todos los bienes, en una economía inflacionaria como la Argentina, tienden a la suba. Ahora bien, el problema radica en que lo que se considera como “insumos Covid-19” sufren un crecimiento exponencial en su valor. Se trata de guantes, alcohol líquido o en gel, mascarilla quirúrgica, mascarilla de protección respiratoria y batas, entre otros productos.

Lo que publicó Adecra es que de abril a mayo los insumos escalaron en general un 29 por ciento. De marzo a abril ya se había registrado un salto de 42 por ciento. Para dar un panorama más amplio se puede tomar como base diciembre de 2019. Si el valor de los insumos en ese momento era 100, en mayo ese número trepó a 222,3. O sea que en cinco meses los insumos más que duplicaron su valor, subieron en un 122 por ciento.

Y la cuenta da así porque se incluye a todos los insumos. Si nos centramos específicamente en los que son imprescindibles para el combate contra el Covid-19 el salto es mayor. Entre abril y mayo las mascarillas y las batas aumentaron entre un 25 y un 31 por ciento. Anualizado eso de más de un 350 por ciento. Pero lo peor sucede con el alcohol en gel. Entre abril y mayo ese producto registró una suba del 286 por ciento, número digno del peor momento de la hiperinflación en los 80.

Lo advertimos al comienzo de la pandemia pero es necesario volver a decirlo más de dos meses después. La emergencia no puede ser la ocasión para que algunos “vivos”, por ser generoso con el calificativo, se hagan la América y amasen una fortuna cuantiosa en un par de meses estrangulando a quienes no tienen otra opción que comprar. Hoy sin insumos las clínicas no pueden abrir y los profesionales médicos no pueden ir a trabajar.

La conclusión del informe de la cámara no es alentadora: “No se avizora en lo inmediato que la demanda de insumos denominados Covid-19 se estabilice. Por el contrario, se espera que en los próximos meses siga aumentando la demanda de los insumos no Covid, y el conjunto de los insumos tendrá precios crecientes”.

Así como la población necesita que le garanticen los precios de los alimentos y productos básicos y existe un programa que se llama ‘Precios cuidados’, debería haber un plan similar, que si a nadie se le ocurre un nombre mejor podría llamarse ‘Insumos cuidados’, que regule el valor de lo que es fundamental para el trabajo en el área de la salud. Después si en alguna clínica quieren comprar barbijos con motivos de colores y logotipos, o demás variantes puede haber un precio de mercado.

En la situación actual no hay un mercado libre sino un grupo de instituciones que deben comprar sí o sí una serie de productos para poder abrir sus puertas. La utilización de esos productos es una cuestión, literal, de vida o muerte. Siempre habrá oportunistas que querrán hacer la diferencia ante la desesperación ajena, bueno sería impedirles que tengan esa oportunidad.

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