En los últimos años se han publicado distintos estudios señalando preparados que son especialmente dañinos para el organismo. Se los considera como factores de distintas enfermedades.
Por Dr. Daniel Cassola
En los últimos años y en distintas partes del mundo se ha instalado un movimiento que no responde a ningún tipo de liderazgo pero que sí se preocupa por la alimentación. Una de las maneras de denominar esto en Europa es el movimiento de la “comida real”. Entre las preocupaciones que se han difundido debido a esto se encuentra un mayor interés por conocer cómo están compuestos los alimentos.
Ahora bien, para adoptar una alimentación saludable es necesario tener una constancia y alargar esto durante el tiempo hasta conventirlo en rutina y hábito. Esto implica, también, disminuir y a veces excluir alimentos para prevenir enfermedades.
Esto se debe a que hay alimentos que provocan enfermedades. No son la causa principal, pero sí aumentan el riesgo de padecerlas. Se trata de males crónico como la obesidad, diabetes o las enfermedades cardíacas. A su vez, estas enfermedades son consideradas factores de riesgo de distintos cánceres. O sea, que al sostener una mala alimentación se pone en movimiento un ciclo negativo que puede ser realmente perjudicial para una persona.
Entre los alimentos más dañinos y peligrosos se encuentran las gaseosas y otras bebidas azucaradas. Si una persona consume a diario este tipo de bebidas, la medida principal y urgente sería ir reduciendo su ingesta poco a poco hasta eliminarla. Lo ideal sería no consumir este tipo de bebidas azucaradas y gaseosas o, en su caso, llevarlo al mínimo. Estas bebidas aportan calorías y azúcares que provocan sobrepeso. Además dañan la dentadura.
En segundo lugar están las grasas trans. Este tipo de grasas se forma durante el proceso de hidrogenación de aceites vegetales. Algunos ejemplos de estos alimentos son las margarinas, pastelería, hamburguesas, papas fritas de bolsa, entre otros.
En tercer lugar hay que mencionar al azúcar refinada y la añadida, causante de enfermedades como la obesidad y presente en componentes como el jarabe de maíz, de malta, de arce, de fructosa, y otros productos presentes en múltiples alimentos que es posible encontrar en góndolas o comercios.
Las grasas saturadas son otro elemento perjudicial. El último alimento considerado como dañino por la ciencia es más difícil de encontrar en Argentina, aunque siempre es conveniente estar atento. Este grupo lo integran los pescados con altos niveles de mercurio, tales como el tiburón, el atún y el pez espada. Esto no incluye al atún de lata que es el más consumido en Argentina sino al fresco, que resulta más raro.
En línea con estos conceptos, en distintos países, y aquí también, se han promulgado leyes de etiquetado. De a poco, el mundo avanza hacia una alimentación más saludable. Mientras tanto, es importante estar atento a qué nos llevamos a la boca.