La resistencia a los antibióticos crece a niveles alarmantes: la OMS advierte que 1 de cada 7 infecciones en las Américas ya es resistente

Entre 2018 y 2023, la resistencia a los antibióticos aumentó de manera alarmante en todo el mundo, según el más reciente Informe Mundial sobre la Vigilancia de la Resistencia a los Antibióticos 2025 de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Por Dr. Daniel Cassola

Este estudio, basado en los datos recopilados por el Sistema Mundial de Vigilancia de la Resistencia y el Uso de los Antimicrobianos (GLASS), revela que más del 40 % de los antibióticos monitoreados presentan niveles de resistencia en ascenso, con incrementos anuales que oscilan entre el 5 % y el 15 %. Los hallazgos confirman que la resistencia antimicrobiana se ha convertido en una amenaza creciente para la salud pública global, capaz de poner en riesgo décadas de avances médicos.

El informe ofrece por primera vez estimaciones sobre la prevalencia de la resistencia a 22 antibióticos esenciales empleados en el tratamiento de infecciones urinarias, gastrointestinales, del torrente sanguíneo y de transmisión sexual como la gonorrea. Los datos, recabados en más de 100 países, abarcan ocho de los patógenos bacterianos más comunes y peligrosos. Estas bacterias están asociadas con infecciones graves que pueden derivar en complicaciones severas, sepsis o incluso la muerte si los tratamientos pierden efectividad.

Las diferencias regionales son notables. En Asia Sudoriental y el Mediterráneo Oriental, una de cada tres infecciones notificadas presenta resistencia a los antibióticos, mientras que en África la proporción alcanza una de cada cinco. En las Américas, los datos indican que una de cada siete infecciones es resistente, un valor ligeramente superior al promedio mundial. Estas cifras se agravan en aquellos lugares donde los sistemas sanitarios son débiles y carecen de capacidad diagnóstica o de acceso a tratamientos adecuados, lo que facilita la propagación de bacterias resistentes y limita las posibilidades de control.

En el continente americano, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) impulsa la Red Latinoamericana de Vigilancia de la Resistencia a los Antimicrobianos (ReLAVRA+), una plataforma regional que fortalece la capacidad de los países para recopilar y analizar información de calidad sobre resistencia antimicrobiana. Mientras GLASS establece el marco global para la recopilación de datos, ReLAVRA+ actúa como su contraparte regional, garantizando la comparabilidad de los resultados y fomentando la cooperación entre laboratorios nacionales. Este trabajo conjunto permite comprender mejor la dinámica de la resistencia bacteriana y orientar las estrategias de salud pública en el continente.

El director general de la OMS, Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, advirtió que la resistencia a los antimicrobianos está superando los avances de la medicina moderna. Subrayó la necesidad de utilizar los antibióticos de manera responsable, mejorar el acceso a medicamentos, vacunas y diagnósticos de calidad, y fortalecer los sistemas de prevención y tratamiento. Según el funcionario, el futuro de la salud mundial depende también de la innovación en nuevos antibióticos y en pruebas moleculares rápidas que permitan un diagnóstico oportuno en los puntos de atención médica.

Uno de los hallazgos más preocupantes del informe es el aumento de la resistencia entre las bacterias gramnegativas, que representan actualmente la amenaza más seria. Escherichia coli y Klebsiella pneumoniae, principales causantes de infecciones del torrente sanguíneo, muestran tasas de resistencia alarmantes: más del 40 % y el 55 % respectivamente son inmunes a las cefalosporinas de tercera generación, que constituyen el tratamiento de primera elección. En África, estos porcentajes superan incluso el 70 %. Además, antibióticos vitales como los carbapenémicos y las fluoroquinolonas están perdiendo eficacia frente a patógenos como E. coli, K. pneumoniae, Salmonella y Acinetobacter. La resistencia a los carbapenémicos, antes rara, se ha vuelto más común, restringiendo las opciones terapéuticas y obligando al uso de fármacos de última línea, costosos y escasos, especialmente en los países de ingresos bajos y medios.

A pesar de estos desafíos, la OMS reconoce avances en la vigilancia de la resistencia. El número de países participantes en GLASS pasó de 25 en 2016 a 104 en 2023, lo que demuestra un creciente compromiso internacional. Sin embargo, casi la mitad de los países aún no reportan datos y muchos carecen de la infraestructura necesaria para generar información confiable. Esta carencia limita la capacidad global para medir la magnitud del problema y responder de forma coordinada.

En 2024, la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó una declaración política que refuerza la necesidad de abordar la resistencia antimicrobiana bajo el enfoque “Una Salud”, integrando los sectores de la salud humana, la veterinaria y el medio ambiente. Este enfoque reconoce que el uso inadecuado de antibióticos en personas, animales y agricultura contribuye al mismo problema. La meta de la OMS es que para 2030 todos los países informen datos de alta calidad al sistema GLASS, una tarea que exige fortalecer los laboratorios, mejorar la cobertura geográfica de la vigilancia y garantizar la transparencia en el intercambio de información.

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