Con el lema “Un balde no es un baño”, la organización Modulo Sanitario busca visibilizar que en la Argentina más de seis millones de personas no cuentan con un baño. A nivel mundial, alrededor de la mitad de la población (3600 millones) está en esta situación.
Por Dr. Daniel Cassola
Quienes hayan pasado durante el último fin de semana largo por la Facultad de Derecho de la UBA habrán podido observar un inodoro inflable gigante colocado sobre las escalinatas. Este llamativo objeto fue colocado por la organización social Módulo Sanitario para alertar sobre la cantidad de gente que no tiene acceso, justamente, a un inodoro.
“La falta de baño afecta principalmente en la salud, pero también en el desarrollo integral de las personas, como puede ser la asistencia al trabajo, integración en sociedad, nutrición, bienestar general, entre otros factores”, apuntó Matías Nicolini, coordinador de Módulo Sanitario.
“Para las mujeres y niñas esta situación es más grave ya que las expone a riesgos de acoso o hasta abuso cuando deben salir de sus hogares en búsqueda de un baño o utilizar letrinas de estructuras precarias por donde las pueden espiar”, agregó Nicolini.
Tener acceso a servicios de saneamiento gestionados de forma segura, en combinación con servicios de agua potable y buenas instalaciones donde mantener los hábitos de higiene, son base de la salud pública, establece un documento difundido por esta ONG.
A su vez, la ONU pide a sus Estados Miembros “promover cambios de conducta y la implementación de políticas que aumenten el acceso al saneamiento entre los grupos más desfavorecidos, así como un llamamiento a finalizar la práctica de la defecación al aire libre, extremamente peligrosa para la salud pública”, según informa el sitio web oficial de esta organización.
Desde la organización Módulo, se informa también que la falta de saneamiento provoca, a su vez, la contaminación de suelos y fuentes de agua. Según datos de la Organización mundial de la Salud (OMS), en 2019, cada día “más de 800 niños y niñas menores de cinco años, mueren en el mundo por diarreas relacionadas con el consumo de agua insalubre, un saneamiento inseguro y una higiene deficiente”.
Y desde esta ONG insisten en que “la desnutrición y enfermedades diarreicas se vinculan a la falta de higiene, producto de la inaccesibilidad a espacios donde realizar estos hábitos”. Según una investigación de la ONU, por cada peso invertido en saneamiento, se ahorran 5 pesos en costos médicos y aumento de la productividad.
Al respecto, datos del INDEC del 2021 indican que en Argentina más de la mitad de la población infantil vive en situación de pobreza, mientras que, en el conurbano bonaerense, esa es la realidad de 7 de cada 10 infancias. Por último, según datos de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP), anualmente hay más de mil casos de diarreas agudas, una de las principales causas de mortalidad infantil.