Desde el área de Epidemiología del hospital San Roque reconocen que en esta época se dan más casos, pero aseguran que se está dentro de valores normales. Recomendaciones para prevenirla.
Con la llegada de las altas temperaturas, aumentan los casos de gastroenteritis y a las guardias de los nosocomios locales y regionales llegan pacientes pequeños y adultos por un cuadro de diarrea y vómito, síntomas que caracterizan a la enfermedad.
En este marco, en el hospital materno infantil San Roque se registraron, previo a la Fiestas, 60 casos en una semana. Sin embargo, las autoridades sanitarias coinciden en que se está dentro de los parámetros normales y afirman que no se trata de una epidemia. “Es la cantidad de casos habituales en esta época del año”, admitió el pediatra César Etchart, secretario de Gestión Sanitaria del Ministerio de Salud de la Provincia.
En este mismo orden, el responsable del área de Atención Integral de la Niñez de la Secretaría de Salud, doctor Guillermo Zanuttini, comentó a UNO que “desde hace algunos años no se dan más brotes masivos de gastroenteritis estivales; no hay picos de diarreas como se daba antes, ya que en general las condiciones de vida de la población han mejorado y se advierte una menor frecuencia de consultas, que son bastante estables durante todos los meses”.
Asimismo, señaló que “de todas maneras siempre existen los riesgos y hay que tener algunas precauciones”.
Se trata de una inflamación de la membrana del intestino causada por parásitos, un virus o una bacteria y por eso se aconseja prestar especial atención a las condiciones de higiene.
“Una de las cuestiones que hay que tener en cuenta es que el agua que se consume sea potable. A veces ocurre que uno va de campamento y tiene dudas sobre si es seguro consumir el agua disponible en el lugar. En estos casos hay que tomar los recaudos y colocar por cada litro de agua dos gotas de lavandina y dejarla reposar por 30 minutos”, explicó Zanuttini, a la vez que mencionó: “Otra recomendación es extremar los hábitos de higiene si aparece un cuadro de diarrea, tanto a nivel personal como familiar. Lavarse adecuadamente las manos es primordial, ya que son la parte del cuerpo clave en la trasmisión de la mayor cantidad de infecciones”.
“Otra sugerencia es habituar a los chicos a que se sienten a comer en la mesa, que es el sitio más seguro y contribuye a la comensabilidad en torno al alimento, que es una práctica que se ha perdido con la costumbre de ingerir comida chatarra”.
Por su parte, el doctor Hugo Vainstein, jefe de la Guardia Pediátrica del hospital San Roque, aportó que “hay que priorizar la lactancia. Las mamás no deben dejar de darle el pecho a sus bebés, ya que la leche materna es la mejor protección y evita la deshidratación”.
También aconsejó “evitar las exposiciones al sol y garantizar en los chicos abundante ingesta de líquidos, sobre todo de agua; hay que evitar los jugos y gaseosas para no empeorar el cuadro”.
Menos casos que antes
El grupo de mayor riesgo es el de los lactantes menores de un año. La diarrea puede ocasionar una deshidratación severa que, si no se cura a tiempo, puede ser mortal. En este sentido, el doctor Guillermo Zanuttini indicó a UNO que “la mayor parte de las diarreas que conformaban los índices de mortalidad también han sido reducidas en los últimos 10 años. Si bien cada tanto aparece algún caso de muerte por deshidratación ligada a alguna gastroenteritis, es muy poco frecuente”.
“Antes teníamos más casos de este tipo, sobre todo en el interior de la provincia, ligados al origen bacterial a través del consumo de alimentos y se daba en poblaciones rurales”, concluyó.
La clave está en prevenir
Lavarse las manos es la primera recomendación que hacen los especialistas.
Se deben lavar bien las frutas y verduras para eliminar gérmenes y bacterias.
Se recomienda cocinar bien los alimentos, sobre todo las carnes.
Los chicos deben consumir abundante agua potable. Hay que evitar jugos y gaseosas.
Claves para garantizar que los alimentos sean más seguros
Habida cuenta de que la gastroenteritis puede ocasionarse por la mala cocción de los alimentos o por la falta de higiene en los mismos, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estableció una serie de recomendaciones a tener en cuenta. Entre ellas, se indica “usar agua purificada, hirviéndola o utilizando cloro; utilizar agua potable para lavar frutas y verduras y para preparar alimentos; también para lavarse las manos y los dientes; y elegir alimentos seguros para preparar las comidas”.
En cuanto a la limpieza, se indica “lavarse las manos antes de comer o preparar alimentos y después de ir al baño; para ello, usar jabón o cenizas o utilizar alcohol; limpiar siempre y desinfectar las áreas donde se preparan los alimentos; y tapar la comida para protegerla de las plagas”.
Además, se sugiere “separar los alimentos crudos, sobre todo las carnes y pescados, de los cocidos; separar los alimentos frescos de los viejos; guardar la comida en recipientes limpios y tapados, utilizar diferentes utensilios para preparar platos crudos y cocidos”.
En torno a la cocción, se especifica que “las carnes, el pollo, los huevos y el pescado deben estar bien cocidos, hasta que la parte interior no se vea rosada; al recalentar comida, hay que hacerlo hasta que esté bien caliente o hirviendo, por lo menos durante cinco minutos”.
“No dejar alimentos a temperatura ambiente por más de dos horas; mantener la comida bien caliente al momento de servirla, conservar la leche, el queso y los alimentos perecederos bien refrigerados”, se añade entre las recomendaciones.
Por último, desde la OMS se aclara que “los alimentos y el agua son seguros cuando no tiene microbios peligrosos, químicos tóxicos o agentes físicos externos, como tierra, insectos, pelos, que son un riesgo para la salud. El agua no debe tener color ni olor y debe ser purificada”.
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