El promedio de casos diario continúa, durante la última semana, arriba de los 100 mil. Con la variante Ómicron, más contagiosa que todos los coronavirus anteriores, el riesgo de reinfección es mayor y puede suceder a pesar de tener el calendario de vacunación al día.
Por Dr. Daniel Cassola
Ómicron, la última variante conocida del SARS-CoV-2, se ha extendido a una velocidad vertiginosa por todo el planeta porque se multiplica 70 veces más rápido en los tejidos que recubren las vías respiratorias que sus antecesoras. Esta variante cambió la escala de la pandemia. Los casos se cuentan ahora, en muchos países como Argentina, por ciento de miles.
También el riesgo de reinfección es mayor ya que parece contar con una mejor capacidad para evadir la inmunidad que confiere haber padecido la infección previamente. Por lo que contagiarse a propósito, si bien nunca fue una buena idea, ahora es incluso peor. Ya hay estudios que apuntan a que la tercera dosis de las vacunas ARNm, Pfizer y Moderna, son eficaces para prevenir el contagio de esta variante, aunque existe un debate entre los inmunólogos sobre si en personas jóvenes y sanas este refuerzo es necesario.
En cualquier caso, no hay que confiarse por estar vacunado ya que el contagio es posible. Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de EE.UU. recomiendan:
– Ponerse la vacuna contra el Covid-19 tan pronto como pueda, así como el refuerzo cuando corresponda.
– Realizar un uso correcto y consistente de una mascarilla bien ajustada que cubra su nariz y su boca.
– Mantener una distancia interpersonal de al menos 1,5 metros.
– Evitar las multitudes y los espacios interiores con mala ventilación.
– Es importante saber cuándo hacerse una prueba de detección para estar informado y evitar contagiar a otras personas.
– Lavarse las manos frecuentemente con agua y jabón y sécalas bien. Usar un desinfectante de manos con al menos un 60 % de alcohol si no hay agua y jabón disponibles.
Si alguien va a asistir a una reunión con personas no convivientes en espacios interiores, antes, después y mientras dure el encuentro, se recomienda ventilación de forma permanente y que sea cruzada: con apertura de puertas o ventanas opuestas o al menos en lados diferentes de la sala, para favorecer la circulación de aire y garantizar un barrido eficaz por todo el espacio.
En el caso de que alguien ya haya sido diagnosticado con Ómicron, siempre que pueda, debe encargarse de limpiar y desinfectar las superficies y artículos después de cada uso. Si no se encuentra bien y se tiene que encargar de la limpieza otra persona que no está contagiada, deberá colocarse una mascarilla y pedir a la persona enferma que también lo haga antes de entrar a la habitación. También es muy importante abrir las puertas y ventanas que dan al exterior para aumentar la circulación de aire.
Si el enfermo ya está recuperado, los CDC aconsejan esperar “varias horas” antes de limpiar y desinfectar. Si la limpieza se realiza entre 24 horas y 3 días tras la recuperación del enfermo no es necesario desinfectar, basta con limpiar las superficies de las áreas utilizadas por la persona enferma. Y si ya han pasado más de 3 días, los CDC aseguran que no es necesaria ninguna tarea de limpieza adicional (además de la de rutina) en las áreas utilizadas por el enfermo.