Cada 22 de julio se celebra el Día Mundial del Cerebro, con el objetivo de dar a conocer la importancia de la actividad cerebral y concientizar acerca de enfermedades que suelen pasar inadvertidas.
Por Dr. Daniel Cassola
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) alrededor de 6 millones de personas mueren cada año por accidentes cerebrovasculares, más de 50 millones tienen epilepsia y 50 millones padecen demencia. El Alzheimer, la forma más común de demencia, representa entre un 60% y un 70% de los casos.
“El cerebro es uno de los órganos vitales del cuerpo, es el responsable de los pensamientos, las acciones, las relaciones y la expresión de la personalidad. Cualquier estímulo que ingresa por los sentidos, se procesa en nuestro cerebro y genera actividad mental y comportamiento, por esto es fundamental cuidar nuestra salud cerebral a través de actividades que ayuden a ejercitar nuestra mente”, explica Valeria El Haj, directora médica de la obra social OSPEDYC.
Se considera que una persona tiene un cerebro sano cuando es capaz de prestar atención, recibir y reconocer la información que le llega del exterior a través de los cinco sentidos, tener la capacidad para aprender cosas nuevas y recordar eventos pasados. También son rasgos característicos de un cerebro en buen estado poder comunicarse, resolver problemas y tomar decisiones, así como tener motricidad y ser capaz de controlar las emociones.
Los siguientes consejos contribuyen a la salud del cerebro:
- Controlar la presión arterial: la presión arterial debe mantenerse por debajo de 120/80 mmHg. Para prevenir la hipertensión es importante moderar el consumo de sal y alcohol, hacer ejercicio de manera regular, reducir el estrés y dejar de fumar. También es importante beber la cantidad adecuada de agua.
- Mantener estable los niveles de colesterol: para lograrlo, se recomienda reducir el consumo de ciertos alimentos de origen animal, prescindir de la comida “chatarra”, aumentar los frutos secos, granos enteros, frutas, vegetales, pescado y aceite de oliva.
- Mantener estable la glucemia: la dieta y el ejercicio son dos factores fundamentales para mantener estable la glucosa en sangre. Una dieta equilibrada, con aumento de la fibra ingerida, buena hidratación y consumo adecuado de proteínas es lo más recomendable para ello.
- Ser físicamente activo: una actividad física acorde a la edad y al estado físico no sólo contribuye al bienestar de todo el organismo, sino que también ayuda al cerebro a “ejercitarse” en su capacidad de resolver conflictos rápidamente, planificar, realizar tareas simultáneas, interactuar con el medioambiente y mejorar la motricidad y el equilibrio (que evitan caídas), manteniéndonos en mejor forma.
- Consumir una dieta saludable: la alimentación influye en numerosos aspectos de la salud. La clave para llevar una dieta sana es que sea variada e incluya alimentos de los distintos grupos de la pirámide nutricional. También debe ser equilibrada – comer cantidades moderadas y seguir un horario regular de comidas – e incluir al menos cinco comidas diarias.
- Mantener el peso: el exceso de peso o la obesidad es una acumulación excesiva de grasas que resulta perjudicial para la salud del cerebro por varios mecanismos. El balance entre el ingreso y el consumo de calorías diarias determina el peso corporal.
- Evitar el tabaco: el humo del tabaco no sólo daña los pulmones y el corazón, también afecta al cerebro. Las personas fumadoras de larga data sufren adelgazamiento progresivo de la corteza cerebral y reducción de las funciones cerebrales superiores.
- Control periódico en el sistema de salud: la consulta a nutricionistas, los controles médicos preventivos, y la consulta médica precoz ante síntomas que sugieran deterioro cognitivo, son fundamentales para el diagnóstico precoz y su tratamiento.
- Seguir aprendiendo y desafiar al cerebro: continuar la educación puede ayudar a reducir el riesgo de declive cerebral y demencia. Asimismo, también es importante hacer actividades que nos obliguen a pensar, ya sea armar un rompecabezas, crear o construir algo para la casa, jugar a algún juego de mesa, palabras cruzadas, etc.
- Mantenerse sociable: se ha demostrado que las personas que tienen una vida social activa también tienen cerebros más activos y sanos.
“Está demostrado que adoptar estos hábitos en cualquier momento de la vida, ayuda a mantener un cerebro saludable y activo”, finaliza El Haj.