El régimen chino ha notificado más casos sintomáticos locales de Covid-19 en lo que va del año que los registrados en todo 2021. La variante Ómicron, altamente transmisible, desencadena brotes desde Shanghái hasta Shenzhen. 17 millones de personas están confinadas para evitar que los brotes se extiendan aún más.
Por Dr. Daniel Cassola
En Occidente la invasión rusa a Ucrania desplazó de los diarios a la pandemia. Hoy la principal preocupación de la opinión pública pasa por la guerra y sus efectos en los precios de la energía y las materias primas. Sin embargo, China vive un crecimiento de los casos de coronavirus que llevó a la instauración de cuarentena para millones de habitantes.
China continental informó de 1.337 nuevos casos de COVID de transmisión interna con síntomas confirmados el 13 de marzo, dijo el lunes la Comisión Nacional de Salud (NHC, por sus siglas en inglés). Eso elevó el total de este año a más de 9.000, en comparación con los 8.378 de 2021, según los cálculos de la agencia Reuters.
Si bien la cantidad de casos no parece escalara a cifras alarmante hay preocupación por las implicancias económicas de las medidas dispuestas por el gobierno. “El brote ha llegado ya a casi todas las zonas de China con una importancia económica significativa”, aseguraron las autoridades chinas.
Las autoridades de Shenzhen, el Silicon Valley de China, han suspendido temporalmente el transporte público y han instado a la gente a trabajar desde casa mientras realizan pruebas en toda la ciudad esta semana tras el aumento de nuevos casos.
En este contexto, China anunció este domingo el confinamiento de la ciudad meridional de Shenzhen, de 17 millones de habitantes, debido al aumento de casos de Covid en los últimos días, informó la administración municipal en un comunicado. Los residentes de Shenzhen, uno de los principales polos tecnológicos del país y sede de empresas como Huawei y Tencent, deberán someterse a tres pruebas de ácido nucleico en un intento por frenar la curva de casos.
Las autoridades de la ciudad, que notificaron más de 60 nuevos casos el sábado y más de 300 en total durante el último mes, aseguraron que el confinamiento se extenderá hasta el día 20, tiempo durante el cual sólo se permitirán “tareas esenciales” como las relacionadas con el suministro de agua y electricidad.
Quienes no trabajen en este tipo de sectores deberán hacerlo desde casa, y deberán cerrar las tiendas comerciales a excepción de supermercados, farmacias e instituciones médicas. El transporte en Shenzhen, vecina de Hong Kong, que también ha visto un dramático aumento de casos en el último mes, se mantendrá “a un nivel básico” para que la ciudad se mantenga abastecida. Los edificios residenciales permanecerán en cuarentena, y los habitantes solo podrán salir sin permiso expreso, agrega el texto.
La última oleada de Covid afecta también a la metrópoli de Shanghái, cuyas autoridades pidieron hoy a los residentes que no salgan de la ciudad si no es estrictamente necesario. El número total de contagiados activos en la China continental ascendía ayer domingo a 5.461, seis de los cuales se encuentran graves, según el último recuento de las autoridades sanitarias publicado hoy. La mayoría de los casos de esta última oleada se han registrado en la provincia de Jilin, en el noreste del país, con 1.412 positivos contabilizados hoy.
Su capital provincial, Changchun, de nueve millones de residentes, está completamente confinada. La viceprimera ministra china Sun Chunlan, al frente de las tareas de prevención contra el coronavirus, calificó la oleada de “grave y complicada”, e instó a las autoridades sanitarias locales a que hagan todo lo posible para controlar la transmisión del virus.