Después de la promulgación de la ley, efectuada recientemente por el gobierno, estos productos se venderán solo con receta archivada. El objetivo es reducir la automedicación y lograr que se respeten las dosis adecuadas.
Por Dr. Daniel Cassola
Las enfermedades se adaptan a los tratamientos que los hombres crean para combatirlas. Gracias a este proceso evolutivo infecciones sencillas pueden convertirse en males incurables. De hecho, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), hacia 2050 las infecciones intratables provocarán nada menos que 10 millones de muertes. El mal uso de antibióticos es uno de los factores que contribuye a este fenómeno.
Al promulgar la ley, la ministra de Salud, Carla Vizzotti, sostuvo que se trata de “una herramienta concreta y potente para prevenir la resistencia antimicrobiana, que es un problema enorme para la salud pública”.
“Esta ley tiene que llegar a cada rincón del país, desde un hospital de alta complejidad hasta un centro de salud de atención primaria, pasando por las farmacias. Por eso necesitamos avanzar fuertemente con una pata fundamental, que es la articulación federal y el trabajo con referentes de cada una de las jurisdicciones para llegar a todas las provincias”, añadió la funcionaria.
Por lo dispuesto por la ley, ahora deben ser vendidos bajo la modalidad de receta archivada “los antibióticos de todas aquellas especialidades medicinales y medicamentos industriales constituidos por principios activos que por su acción solo deben ser utilizados bajo rigurosa prescripción y vigilancia médica, por la peligrosidad y efectos nocivos que un uso incontrolado pueda generar”.
Entre los objetivos del nuevo marco legal se encuentran el consumo de las dosis correspondientes y la reducción de la ingesta innecesaria para no favorecer la resistencia antimicrobiana.
Según un informe confeccionado por el Instituto Malbrán, entre 2018 y 2021 se incrementó de un 17 a un 60 por ciento la cantidad de bacterias resistentes a antibióticos. Durante la pandemia esta situación podría haberse agravado gracias a una mayor ocupación de unidades de terapia intensiva, donde las bacterias resistentes pueden transmitirse entre los pacientes.
Luego de la promulgación de la ley, los envases de estos medicamentos antimicrobianos deberán llevar una etiqueta específica. También se dispone la creación de una comisión de control del empleo de antimicrobianos, la prohibición de anuncios de estos productos, al tiempo que contempla la provisión de muestras gratis a condición de que estas alcancen para cubrir el tratamiento completo de la enfermedad.
Durante las últimas décadas, el empleo desmesurado de medicamentos volvió a las bacterias más resistentes y las convirtió en súper bacterias. De manera que los antibióticos comenzaron a resignar su eficacia característica. En Argentina, uno de los grupos científicos que se encarga del estudio de súper bacterias capaces de resistir a cualquier antibiótico trabaja en el Instituto de Biología Molecular y Celular de Rosario (IBR). Desde el punto de vista de la ciencia básica buscan comprender sus mecanismos de diseminación con el objetivo de diseñar estrategias terapéuticas que tengan mejores resultados.
En concreto, las bacterias participan de un proceso de selección e incorporan mutaciones desde hace miles de millones de años de evolución. Si los humanos utilizan de manera indiscriminada los antibióticos, sin querer seleccionan súper bacterias capaces de resistir a todo.
Las bacterias fueron los primeros organismos vivos de la Tierra, anteceden y, probablemente, sucederán a la especie humana. Por este motivo es tan importante regular la toma indiscriminada de antibióticos.