La pandemia comprometió los sistemas de salud en América Latina, causando estragos en su capacidad de brindar cuidados a pacientes con patologías y enfermedades no transmisibles, como el cáncer.
Por Dr. Daniel Cassola
El estudio titulado “El impacto de la pandemia de COVID-19 en el cuidado del cáncer en América Latina”, realizado en conjunto por la empresa Roche, la Americas Health Foundation, el EY-Parthenon team y el Catalyst Consulting Group se propuso entender mejor el impacto causado en 18 variables clave vinculadas al cuidado del cáncer en 11 países de la región.
Para este fin, realizaron encuestas de percepción con organizaciones de pacientes, profesionales médicos de centros oncológicos y un modelo matemático para estimar el impacto económico de la pandemia en lo relativo al cuidado de cáncer. Actualmente, el cáncer es la segunda causa de muerte en la América Latina, con más de 700,000 muertes registradas en el 2020. Si bien el impacto también se ha visto a nivel mundial, los países de América Latina resultan más vulnerables debido a la ya existente falta de recursos y disparidades en cuanto a acceso al cuidado de la salud.
De acuerdo con lo informado por la encuesta a los expertos médicos incluida en el estudio, en el caso de los países del Cono Sur, Argentina, Chile y Uruguay, se experimentaron retrasos en cirugías, en un 69%. El 91% informó un aumento de la enfermedad avanzada al momento del diagnóstico debido a los retrasos en la línea de atención relacionada con la pandemia. Asimismo, un 68% informó un aumento percibido en la mortalidad por cáncer, posiblemente debido a estos retrasos.
Al estudiar los efectos de la pandemia de cerca, se identificó la magnitud de su impacto en la atención del cáncer en América Latina en tres ámbitos principales:
- Prestación de servicios para la atención del cáncer: El 80 % de los participantes reportaron interrupciones en atención y actividades de prevención del cáncer por la sobrecarga en los sistemas de salud, y además un 96% informó una disminución en la realización de mamografías por medidas de precaución, como cuarentenas, y limitaciones financieras.
- Mortalidad: En el estudio, varios puntos respaldan el impacto en la mortalidad por cáncer debido a la pandemia. El 93 % de los médicos informaron que al momento del diagnóstico sus pacientes ya tenían etapa avanzada del cáncer, lo que significa un peor pronóstico y opciones de tratamiento limitadas para el paciente.
- Impacto económico para el paciente y los sistemas de salud: La situación socioeconómica en la región se ha visto deteriorada a raíz de la pandemia. Según estimaciones, proporcionadas en el análisis de impacto económico y social, el cual se elaboró mediante un modelo que incluyó 18 variables – incluyendo la proporción de pacientes afectados por COVID-19, nuevos casos de cáncer estimados para 2020, 2021 y 2022, PIB promedio per cápita durante 10 años, meses promedio de interrupción en el tratamiento, entre otros – señala que el impacto económico generado por retrasos en el diagnóstico y tratamiento en América Latina está estimado en $5 mil millones de dólares.
En cuanto a la carga económica que esto genera, el cáncer de mama representa un costo de 3.900 millones de dólares, aproximadamente el 50% del impacto económico total estimado, ya que constituye más del 50% de todos los casos de cáncer y tiene una alta tasa de supervivencia, causando que los pacientes pasen a una etapa clínica mucho más cara para mantener baja la cifra de muertes.
Al respecto, Mariana Rico, directora médica de la Americas Health Foundation y autora del estudio, enfatizó que, “la atención fragmentada de los pacientes con cáncer ha sido un problema recurrente en Latinoamérica, contrastando con el estándar contemporáneo del cuidado del cáncer que incluye un abordaje coordinado con equipos multidisciplinarios. La pandemia, entre todos los desafíos que trajo, también agravó esta fragmentación, resultando en atención poco oportuna y muchas veces de calidad subóptima”.