“Redes que Salvan Vidas”: una nueva estrategia nacional para transformar la atención del infarto en Argentina

En la Argentina, el infarto agudo de miocardio continúa siendo una de las principales amenazas para la salud pública. Cada año, las enfermedades cardiovasculares provocan alrededor de 100 mil muertes, lo que equivale a casi un tercio de todos los fallecimientos registrados en el país.

Por Dr. Daniel Cassola

Se estima que se producen unos 40 mil infartos anuales, es decir, más de un centenar de episodios por día. A pesar de los avances en el diagnóstico y los tratamientos, las cifras de mortalidad se mantienen elevadas, sobre todo por las demoras en el acceso a la atención médica. Más del 90% de los decesos por infarto ocurren antes de que el paciente llegue al hospital, lo que revela una falla estructural en la respuesta sanitaria: la falta de una red articulada que conecte al sistema de emergencias, los centros de salud y los hospitales con capacidad de realizar procedimientos de alta complejidad.

El problema no radica únicamente en la falta de infraestructura, sino también en la fragmentación del sistema. Los registros locales, como el ARGEN IAM-ST, muestran que el tiempo promedio entre el inicio de los síntomas y la llegada al hospital ronda los 130 minutos, un lapso que puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte. A eso se suman demoras en la consulta, diagnósticos tardíos, falta de coordinación territorial y carencia de protocolos unificados. La mortalidad intrahospitalaria por infarto en el país se sitúa en torno al 8,7%, un indicador que podría reducirse significativamente si se optimizara la atención en las primeras horas del evento.

En este contexto, la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC) decidió dar un paso decisivo con el lanzamiento de una iniciativa nacional denominada “Redes que Salvan Vidas”, presentada oficialmente en el marco del 51° Congreso Argentino de Cardiología (SAC 2025), celebrado en Buenos Aires del 15 al 17 de octubre. Este programa busca acompañar a provincias, municipios y regiones en la creación e implementación de redes locales de atención del infarto agudo de miocardio, con el propósito de reducir la mortalidad cardiovascular a través de una estrategia integrada que vincule el sistema prehospitalario con los centros hospitalarios, tanto los que cuentan con capacidad intervencionista como aquellos que no.

El presidente de la SAC, Dr. Pablo Stutzbach, explicó que el infarto es una enfermedad “tiempo-dependiente”: cuanto más rápido se restablece el flujo en la arteria coronaria obstruida, menor es el daño al músculo cardíaco y mejores son las posibilidades de recuperación. En países donde se logró disminuir la mortalidad, el factor común fue la creación de redes de atención coordinadas. Por eso, “Redes que Salvan Vidas” propone un modelo colaborativo y federal, que no imponga un esquema único sino que adapte la estructura de atención a las características de cada región. Su objetivo es que cada jurisdicción pueda diseñar su propia red con acompañamiento científico y técnico, capacitando al personal y asegurando la continuidad del proceso de mejora.

El presidente electo de la SAC, Dr. Sergio Baratta, remarcó que “no alcanza con tener centros de alta complejidad si el paciente no llega a tiempo”. Para lograrlo, la iniciativa impulsa la posibilidad de realizar diagnósticos prehospitalarios mediante electrocardiogramas en ambulancias, lo que permitiría identificar rápidamente a un paciente con infarto y derivarlo directamente al centro más adecuado. En los casos en que el traslado inmediato no sea posible, se prevé administrar fibrinolíticos —fármacos que disuelven el trombo— y completar luego el tratamiento con una angioplastia en un centro de referencia. Este modelo, conocido como estrategia fármaco-invasiva, ha demostrado resultados favorables en múltiples estudios internacionales.

La Dra. Mirta Diez, presidenta del Comité Científico del Congreso, subrayó que la puesta en marcha de redes coordinadas puede reducir de manera significativa la mortalidad, las complicaciones y el daño miocárdico, además de mejorar la calidad de vida de los pacientes. Los beneficios también se extienden al sistema de salud, ya que una atención más rápida y eficiente implica menos internaciones prolongadas, menores costos y mejores resultados globales.

La SAC ya cuenta con el interés de diversas jurisdicciones para incorporarse al programa, entre ellas Misiones, Catamarca, la ciudad de Santa Fe, el Alto Valle de Río Negro y la localidad de Pilar, en la provincia de Buenos Aires. Estas regiones serán pioneras en la implementación de una estrategia que apunta a transformar la atención del infarto en todo el país. La propuesta contempla acompañamiento técnico regional, capacitaciones continuas, auditorías de proceso y monitoreo de indicadores para asegurar la mejora constante. Además, cada equipo incorporado al programa accederá a formación sobre organización hospitalaria, protocolos de reperfusión, coordinación prehospitalaria y comunicación entre servicios.

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