Solo 2 de cada 10 argentinos cumplen con la actividad física recomendada, según un nuevo estudio sobre hábitos de vida

Un estudio reciente del Instituto de Neurociencias y Bienestar de Insight 21 trazó un panorama detallado sobre los hábitos de vida de la población argentina. Los resultados exponen un déficit generalizado en los niveles de actividad física, sueño y alimentación saludable, con diferencias significativas según edad, género y nivel educativo.

Por Dr. Daniel Cassola

El informe, titulado “Salud argentina: hábitos y estilos de vida” y dirigido por la doctora Fátima González Palau, se basó en una encuesta a 1.050 personas residentes en siete ciudades del país. Según el relevamiento, solo el 21,2% de los argentinos cumple con los 150 minutos semanales de actividad física que recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Esta proporción revela una tendencia extendida al sedentarismo, particularmente en los grupos jóvenes, donde apenas el 15,3% alcanza el mínimo requerido. La falta de ejercicio se combina con otros indicadores desfavorables: apenas una de cada cuatro personas consume frutas y verduras todos los días, y más de la mitad duerme menos de siete horas por noche. Estos tres factores, observados de forma conjunta, dibujan un perfil de vida poco compatible con los estándares de bienestar físico y mental sugeridos por organismos de salud.

El análisis alimentario muestra que el 26,8% de la población incluye frutas y verduras a diario en su dieta. Sin embargo, existen diferencias generacionales marcadas: mientras el consumo llega al 33,9% entre los adultos mayores, desciende a apenas el 16,2% entre quienes tienen entre 18 y 29 años. En materia de descanso, el 51,2% de los encuestados duerme menos de siete horas, y el 66,2% afirma tener dificultades para conciliar un sueño reparador. Las alteraciones del sueño son más frecuentes en el grupo de 40 a 49 años, donde se combinan el estrés laboral y la sobreexposición a pantallas digitales.

El estudio destaca, precisamente, el papel del entorno digital en la calidad del descanso y la reducción del tiempo dedicado al movimiento físico. Seis de cada diez personas pasan más de dos horas al día frente a pantallas con fines recreativos, y ese porcentaje aumenta al 75% en los jóvenes. Más de la mitad de los encuestados dedica ese mismo tiempo o más a las redes sociales, lo que, según los investigadores, guarda relación con las dificultades para dormir y con el menor tiempo disponible para la actividad física.

En cuanto a la prevención médica, el informe muestra una tendencia moderadamente positiva: el 75,5% de los argentinos realiza controles de salud de manera periódica. No obstante, las diferencias por edad son notorias. Solo el 35% de los jóvenes se somete a chequeos regulares, frente a más del 55% de los mayores de 50 años. El informe también subraya la importancia del entorno emocional: seis de cada diez personas afirman contar con apoyo social constante, un elemento que los especialistas asocian con una menor vulnerabilidad emocional y psicosocial.

Las brechas por género constituyen otro hallazgo relevante del estudio. Las mujeres muestran mayores niveles de autocuidado en casi todos los indicadores analizados. El 84% declara realizar chequeos preventivos, frente al 66,3% de los hombres. También presentan una alimentación más equilibrada: una de cada tres mujeres consume frutas y verduras diariamente, mientras que entre los varones la proporción es del 20,1%. Las diferencias se extienden al descanso: el 51,9% de las mujeres duerme al menos siete horas, en comparación con el 45,2% de los hombres. Para la doctora González Palau, estos resultados reflejan una mayor adherencia femenina a las prácticas protectoras de la salud, lo que se traduce en mejores indicadores de bienestar general.

El nivel educativo aparece como un factor decisivo. Quienes poseen formación académica superior registran mejores hábitos en todos los aspectos: realizan más actividad física, tienen una alimentación más saludable, duermen mejor y mantienen controles médicos regulares. El informe señala que la educación actúa como un determinante transversal de bienestar, no solo por el acceso a la información, sino también por su influencia en la toma de decisiones relacionadas con la salud.

Entre los grupos analizados, los jóvenes de entre 18 y 29 años se presentan como el sector más vulnerable. Además de registrar los niveles más bajos de actividad física y alimentación saludable, un 31% de ellos reconoce no realizar nunca o casi nunca chequeos preventivos. En el otro extremo, los adultos mayores muestran hábitos más favorables en materia de prevención y dieta, aunque enfrentan una mayor prevalencia de enfermedades crónicas y una calidad de sueño más deficiente.

El informe funciona como una alerta para repensar cómo se viven el descanso, la alimentación y la actividad física en el país, y hasta qué punto los estilos de vida actuales se alejan de los parámetros recomendados para una vida saludable.

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