Por Dr. Daniel Cassola
Siguiendo una ecuación muy sencilla, que indica que cuanta mayor es el precio del paquete de cigarrillos menos se lo consume, en todo el mundo desde hace años se implementan políticas impositivas que tienden a obligar a las compañías tabacaleras a incrementar el costo de sus productos.
Pero aquí parece que hemos dado un pequeño paso atrás. Según informaron en conjunto la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC) y la Fundación Cardiológica Argentina (FCA) dentro de los cambios que introduce la reforma tributaria votada en sesiones extraordinarias en los últimos días del año pasado, la alícuota que tributa el tabaco se reduce del 75 al 73 por ciento.
Si bien el porcentaje en el que varía el impuesto es nimio rompe la tendencia ascendente y podría permitir que, relativamente, los precios bajen, ya sea por una reducción concreta o por un menor aumento en el tiempo, que se encuentre por debajo de la inflación general. Cualquiera de estos escenarios puede redundar en una suba del consumo de tabaco.
El llamado de atención de la SAC y la FCA se da en el marco de una campaña llevado a cabo por la World Heart Federation, llamada “Objetivo 25×25”, que tiene como meta la reducción de un 25 por ciento de casos de mortalidad prematura. Para cumplirla se prevé necesario bajar el consumo de tabaco en un 30 por ciento.
En un comunicado conjunto, las asociaciones consideraron que “debido a la magnitud del tabaquismo como factor de riesgo cardiovascular, creemos que se debe concientizar a toda la comunidad cardiológica sobre los alcances de esta medida”.
Según sostienen los datos de los registros de infarto agudo de la SAC, la prevalencia de fumadores en los infartados se incrementó un 51 por ciento desde el año 2011 al 2015. Por otro lado, Argentina es líder en la región en el acceso a la compra de cigarrillos, principalmente en poblaciones de menores recursos y los más jóvenes.
Finalmente los especialistas solicitan que “medidas como éstas no pueden pasar desapercibidas, ni por la comunidad médica ni por la población en general”, por lo que se advierte “sobre el impacto que tiene en la sociedad la disminución de los impuestos al tabaco, aprobada por la Cámara de Diputados el 20 de diciembre de 2017”.
