Son más las altas del sistema sanitario que los egresos. Calculan que entre el 25 y el 35 por ciento de los porteños ya se contagió. Advierten que se pueden destinar más camas para atender enfermedades descuidadas por la pandemia.
Por Dr. Daniel Cassola
El pico, al fin, parece haberse producido en la Ciudad entre fines de agosto y principios de septiembre, lo que lleva a esta módica desescalada, que si bien no es tan significativa en cuanto al volumen de casos sí lo es por la tendencia que cambia por primera vez en seis meses. Entre el 18 y el 21 de septiembre hubo 3167 casos nuevos confirmados mientras que en el mismo tiempo se dio de alta a 4125 pacientes. O sea, son más los que se curan que los que se infectan.
En los médicos de todas las especialidades estos datos traen cierto alivio, ya que descomprime al sistema de salud, y permite destinar más recursos y esfuerzo para combatir a todas las otras enfermedades, que en mayor o menor medida se descuidaron durante la pandemia. Eso sí, todos insisten que esta pequeña buena racha depende de la sociedad, y del respeto que se tenga por las medidas de prevención. Es fundamental respetar la distancia, el uso del barbijo o tapaboca, la higiene de manos y la desinfección de superficies. Europa y otras regiones del mundo muestran que al relajamiento lo siguen las segundas olas de contagios.
Para dimensionar correctamente el fenómeno se puede decir que es una buena noticia pero muy pequeña. Nadie cree, ni dentro ni fuera del gobierno porteño, que los casos vayan a descender abruptamente. En el mejor de los casos la baja será paulatina. De mínima se prevé conservar la meseta, es decir que los casos no vuelvan a subir. Se pasó de lo que se llamó una ‘meseta alta’ de 1100-1300 casos a otras de 900-1100. Es solo bajar un escalón en una escalera que había llegado muy alto.
Un factor importante para que finalmente se haya llegado a un punto de alivio es la cantidad de contagios. El subsecretario de Atención Primaria, Gabriel Battistella, estimó que al menos el 25 por ciento de los habitantes de la ciudad se contagió. En parte cree que eso es así porque, en promedio, ese es el porcentaje de infectados en otras ciudades del mundo cuando los casos comenzaron a bajar. A su vez, el médico infectólogo Roberto Debbag, sostuvo que el porcentaje de población que ya contrajo el virus podría elevarse al 35 por ciento.
La provincia de Buenos Aires vive una situación similar a la de la Ciudad en el Conurbano, o sea en el área que completa al AMBA, mientras que en el interior los casos crecen. Por eso hay menos municipios en fase 5 (la más permisiva) que hace unas semanas y ciudades como Mar del Plata y Bahía Blanca que comienzan a experimentar una pequeña crisis por la cantidad de contagios.
De vuelta en el AMBA, el objetivo para esta semana es que se consolide la tendencia, que los contagios no suban de nuevo y que, en medio de este océano calamitoso, se pueda confirmar una buena noticia, por más pequeña que sea.