El estrés crónico aumenta las posibilidades de padecer problemas cognitivos a partir de los 45 años

Por Redacción Curar con Opinión

El estrés es una reacción natural del cuerpo ante situaciones de presión o demanda, y a corto plazo puede incluso tener un efecto motivador. Sin embargo, cuando el estrés se vuelve crónico, puede tener un impacto negativo en la salud física y mental de una persona. Un reciente estudio publicado en la revista JAMA Network Open reveló que las personas mayores de 45 años con niveles elevados de estrés tienen un 37% más de probabilidades de experimentar problemas cognitivos, como dificultades de memoria y pensamiento, en comparación con aquellas que no están estresadas.

El estudio, que siguió a más de 24.000 personas durante más de una década, evaluó periódicamente el estado cognitivo de los participantes utilizando pruebas estandarizadas. Cerca del 23% de los participantes autoevaluaron tener altos niveles de estrés, lo que los colocó en un mayor riesgo de deterioro cognitivo.

Las conclusiones del estudio son preocupantes, ya que el deterioro cognitivo es un problema importante que puede afectar la calidad de vida de las personas mayores. El deterioro cognitivo se refiere a problemas en la capacidad de recordar, aprender cosas nuevas, concentrarse o tomar decisiones que afectan a la vida cotidiana. Además, el deterioro cognitivo es una característica clave de la enfermedad de Alzheimer y otras demencias.

Los investigadores del estudio, afiliados a las universidades de Emory, Drexel, Alabama y Texas, sugirieron que el cribado periódico del estrés en adultos mayores de alto riesgo con deterioro cognitivo podría tener aplicaciones clínicas importantes en la atención primaria. Identificar y abordar el estrés en esta población podría ser una estrategia efectiva para prevenir o retrasar el deterioro cognitivo.

La Asociación Americana de Psicología (APA) también enfatiza la importancia de reducir el estrés para proteger la salud a largo plazo. Cada persona puede tener formas diferentes de enfrentar el estrés, pero la APA sugiere comenzar por identificar las causas del estrés y desarrollar un plan para manejarlo. Esto puede incluir la práctica de técnicas de relajación, como la meditación o el ejercicio regular, buscar el apoyo de amigos y familiares, establecer límites y priorizar el autocuidado.

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) también reconocen la importancia del deterioro cognitivo como un problema de salud pública. Además de la edad, el estrés crónico es un factor de riesgo modificable que puede influir en la salud cognitiva de las personas mayores. Por lo tanto, abordar el estrés en adultos mayores con riesgo de deterioro cognitivo puede ser una estrategia preventiva valiosa.

Aunque este estudio proporciona evidencia adicional sobre la relación entre el estrés y el deterioro cognitivo en adultos mayores, los investigadores destacan la necesidad de más investigaciones para comprender los mecanismos subyacentes de esta asociación y desarrollar programas de cribado e intervenciones específicas para reducir el estrés en esta población.

El estrés crónico aumenta las posibilidades de padecer problemas cognitivos a partir de los 45 años

Por Redacción Curar con Opinión

El estrés es una reacción natural del cuerpo ante situaciones de presión o demanda, y a corto plazo puede incluso tener un efecto motivador. Sin embargo, cuando el estrés se vuelve crónico, puede tener un impacto negativo en la salud física y mental de una persona. Un reciente estudio publicado en la revista JAMA Network Open reveló que las personas mayores de 45 años con niveles elevados de estrés tienen un 37% más de probabilidades de experimentar problemas cognitivos, como dificultades de memoria y pensamiento, en comparación con aquellas que no están estresadas.

El estudio, que siguió a más de 24.000 personas durante más de una década, evaluó periódicamente el estado cognitivo de los participantes utilizando pruebas estandarizadas. Cerca del 23% de los participantes autoevaluaron tener altos niveles de estrés, lo que los colocó en un mayor riesgo de deterioro cognitivo.

Las conclusiones del estudio son preocupantes, ya que el deterioro cognitivo es un problema importante que puede afectar la calidad de vida de las personas mayores. El deterioro cognitivo se refiere a problemas en la capacidad de recordar, aprender cosas nuevas, concentrarse o tomar decisiones que afectan a la vida cotidiana. Además, el deterioro cognitivo es una característica clave de la enfermedad de Alzheimer y otras demencias.

Los investigadores del estudio, afiliados a las universidades de Emory, Drexel, Alabama y Texas, sugirieron que el cribado periódico del estrés en adultos mayores de alto riesgo con deterioro cognitivo podría tener aplicaciones clínicas importantes en la atención primaria. Identificar y abordar el estrés en esta población podría ser una estrategia efectiva para prevenir o retrasar el deterioro cognitivo.

La Asociación Americana de Psicología (APA) también enfatiza la importancia de reducir el estrés para proteger la salud a largo plazo. Cada persona puede tener formas diferentes de enfrentar el estrés, pero la APA sugiere comenzar por identificar las causas del estrés y desarrollar un plan para manejarlo. Esto puede incluir la práctica de técnicas de relajación, como la meditación o el ejercicio regular, buscar el apoyo de amigos y familiares, establecer límites y priorizar el autocuidado.

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) también reconocen la importancia del deterioro cognitivo como un problema de salud pública. Además de la edad, el estrés crónico es un factor de riesgo modificable que puede influir en la salud cognitiva de las personas mayores. Por lo tanto, abordar el estrés en adultos mayores con riesgo de deterioro cognitivo puede ser una estrategia preventiva valiosa.

Aunque este estudio proporciona evidencia adicional sobre la relación entre el estrés y el deterioro cognitivo en adultos mayores, los investigadores destacan la necesidad de más investigaciones para comprender los mecanismos subyacentes de esta asociación y desarrollar programas de cribado e intervenciones específicas para reducir el estrés en esta población.

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