La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha emitido una nueva directriz que desaconseja el uso de edulcorantes no azucarados para controlar el peso corporal o reducir el riesgo de enfermedades no transmisibles (ENT).
Por Dr. Daniel Cassola
Esta recomendación se basa en los resultados de una revisión sistemática de la evidencia disponible, que indica que el uso de estos edulcorantes no confiere beneficios a largo plazo en la reducción de la grasa corporal en adultos o niños. Además, la revisión sugiere posibles efectos indeseables del uso prolongado de estos productos, como un mayor riesgo de diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares y mortalidad en adultos.
Francesco Branca, Director de Nutrición e Inocuidad de los Alimentos de la OMS, afirmó que «la sustitución de azúcares libres por edulcorantes no ayuda a controlar el peso a largo plazo» y que las personas deberían considerar otras formas de reducir la ingesta de azúcares, como consumir alimentos con azúcares naturales, como la fruta, o alimentos y bebidas no azucarados.
Branca también destacó que los edulcorantes sin azúcar no son factores dietéticos esenciales y carecen de valor nutricional, por lo que las personas deberían reducir totalmente el dulzor de la dieta desde una edad temprana para mejorar su salud.
Esta recomendación se aplica a todas las personas, excepto a aquellas que tienen diabetes preexistente, e incluye todos los edulcorantes no nutritivos sintéticos y naturales o modificados que no están clasificados como azúcares y se encuentran en alimentos y bebidas manufacturados, o que se venden solos para que los consumidores los añadan a los alimentos y bebidas.
Algunos ejemplos de edulcorantes no nutritivos comunes son el acesulfamo-K, el aspartamo, el advantamo, los ciclamatos, el neotamo, la sacarina, la sucralosa, la estevia y los derivados de la estevia.
Es importante destacar que esta recomendación no se aplica a productos de higiene y cuidado personal que contienen edulcorantes no azucarados, como dentífricos, cremas para la piel y medicamentos, ni a los azúcares y alcoholes de azúcar (polioles) bajos en calorías, que contienen calorías y no se consideran edulcorantes no azucarados.
Debido a que el vínculo observado en la evidencia entre los edulcorantes no azucarados y los resultados en enfermedades puede estar confundido por las características basales de los participantes y los complicados patrones de uso de estos edulcorantes, la recomendación se ha evaluado como condicional, siguiendo los procesos de la OMS para el desarrollo de directrices. Esto indica que las decisiones políticas basadas en esta recomendación pueden requerir un debate sustantivo en contextos nacionales específicos, considerando, por ejemplo, el alcance del consumo en diferentes grupos de edad.