En un documento publicado recientemente, la Sociedad Argentina de Pediatría destaca el crecimiento del consumo de alcohol, bebidas energizantes, tabaco y drogas ilícitas como la marihuana. También alertan sobre el uso abusivo de pantallas, el celular y los videojuegos.
Por Dr. Daniel Cassola
Desde la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP), expresaron su preocupación por el aumento del consumo problemático de sustancias como el alcohol, las bebidas energizantes, el tabaco y la marihuana. También marcaron un uso excesivo de las tecnologías de información y comunicaciones (TICs), como celular, videojuegos y pantallas en general.
En el trabajo, aclaran que, aunque muchos de estos consumos están arraigados en nuestra sociedad en todos los grupos etarios y forman parte de nuestra cotidianeidad, sin ninguna duda pueden afectar negativamente la salud física, psíquica, las relaciones interpersonales y/o con la ley, sobre todo en los niños, niñas y adolescentes, cuyo organismo se encuentra en pleno desarrollo.
De acuerdo con los datos de la Encuesta Mundial de Salud Escolar del año 2018 (EMSE), la mitad de los estudiantes de 13-17 años bebieron alcohol en los últimos 30 días, siendo mayor en el grupo de 16-17 años (67,6%) que en el de 13-15 (47,7%). Entre quienes consumieron alcohol, 1 de cada 3 refirió haberse emborrachado alguna vez y este indicador también fue mayor en el grupo de 16-17 años (56,0%) que en el de 13-15 (28,5%). La borrachera, según dicho relevamiento, fue mayor en las mujeres que en varones en el grupo de 13-15 años (30,7% vs 26,1%) y entre quienes consumieron alcohol, 2 de cada 3 estudiantes se iniciaron antes de los 14 años.
Para Fabio Bastide, prosecretario del Comité Nacional de Adolescencia de la SAP, “es interesante destacar la manera en que se contextualiza el consumo colectivo de una determinada sustancia o TIC, resaltando sus aparentes valores positivos, así se afirma erróneamente: ‘una copa de vino es buena para el corazón’ o ‘la marihuana es natural y se utiliza con fines medicinales, por lo que es menos dañina que el tabaco’. Son todos artilugios con el objetivo de encubrir y olvidar los efectos negativos”.
“El alcohol es la primera causa de cirrosis, daño cerebral, alteraciones en el sueño y el comportamiento, lesiones en la vía pública y relacionadas a la violencia; su consumo durante el embarazo y la lactancia puede configurar una de las primeras causas de retraso mental prevenibles; asimismo, el cannabis afecta el desarrollo cognitivo y de los comportamientos”, completó Silvia Cabrerizo, secretaria del Grupo Nacional de Trabajo de Consumos Problemáticos de la SAP.
En el documento de la SAP se reconoce que el consumo de alcohol en los jóvenes tiene un carácter vincular, representa una forma de pasar el tiempo con los amigos y establecer relaciones sociales en grupo y obtener reconocimiento.
Pero el problema lejos está de ser exclusivo del alcohol y las TICs: también se ve un incremento del consumo de marihuana y de bebidas energizantes y de tabaquismo en gente joven. Según el mismo trabajo EMSE, en promedio 1 de cada 10 estudiantes consumieron marihuana alguna vez en su vida y casi 4 de cada 10 adolescentes de 13 a 17 años probó alguna droga ilegal antes de los 14 años. 1 de cada 5 (20,4%) estudiantes de 13 a 17 años consumió algún producto de tabaco durante los últimos 30 días, siendo más frecuente en mujeres que en varones. Este consumo es el doble entre los estudiantes de 16 a 17 años respecto de los de 13 a 15 (28,3% vs. 14,6%).
Si bien no se cuenta con estadísticas más actualizadas, los especialistas de la SAP reconocen que en la actualidad los niveles de consumo problemáticos han aumentado luego de la pandemia, y es algo que se ve día a día en los consultorios pediátricos. Por tal motivo, la recomendación enfática respecto de todos estos tipos de consumos problemáticos es la de comenzar con la prevención antes, desde la infancia, incluyendo la reflexión de los padres sobre los modelos de consumos familiares e involucrando a distintos actores, fundamentalmente la escuela, pero también clubes, centros comunitarios y ONG, entre otros.