Esta enfermedad viral se transmite a través de la picadura de mosquitos infectados. Las principales zonas turísticas de Brasil tienen recomendación de vacunación porque en ellas hay circulación de fiebre amarilla.
Por Dr. Daniel Cassola
La fiebre amarilla es transmitida por los mismos mosquitos que son vectores del dengue: el aedes aegipty. En el período de incubación, que dura hasta 6 días después de ser infectado, no hay síntomas. Después, la infección entra en una fase aguda, en la que puede presentar fiebre, dolores musculares y de cabeza, sensibilidad a la luz, náuseas, vómitos, pérdida de apetito, mareos y enrojecimiento en la cara, los ojos y la lengua.
Generalmente estos signos desaparecen luego de varios días, pero algunas personas entran en la fase tóxica, que puede ser mortal. En ella, los signos reaparecen y se suman otros como ictericia (pigmentación amarilla de la piel y parte blanca del ojo), dolor abdominal y vómitos con sangre, menos orina, sangrado de nariz, boca y ojos, frecuencia cardíaca lenta, insuficiencia hepática y renal, y disfunción cerebral.
El diagnóstico de la fiebre amarilla no es fácil porque suele confundirse con otras enfermedades como paludismo, leptospirosis, hepatitis, dengue hemorrágico o intoxicaciones. El diagnóstico temprano es importante para el tratamiento y control del paciente para evitar mayores contagios, y se confirma con pruebas de laboratorio para detectar la presencia del virus en la sangre.
No hay un tratamiento específico para la fiebre amarilla, por eso se brinda uno de sostén en el ámbito hospitalario para tratar la deshidratación, la insuficiencia hepática y renal y la fiebre. En los casos ambulatorios, también se toman medidas de aislamiento del paciente para evitar nuevos contagios. Un buen tratamiento temprano mejora el pronóstico.
En el caso de viajar a zonas con presencia del virus, es clave la vacunación al menos 10 días antes de viajar. En el lugar, se recomienda prevenirse de la picadura de los mosquitos, aplicándose repelente para insectos y utilizando ropa clara. Al igual que con las otras enfermedades que transmite el aedes aegypti, descacharrar resulta fundamental para eliminar los envases caseros que pueden acumular agua, el lugar donde el mosquito se reproduce.
La vacuna es segura y eficaz, pero los mayores de 60 años tienen riesgo aumentado de reacciones adversas graves. Ante la exposición a zonas de transmisión, el médico debe evaluar el riesgo-beneficio con el paciente. La vacuna está contraindicada en bebés menores de 6 meses de vida, antecedentes de reacción anafiláctica a la ingesta de huevos y sus derivados, pacientes timectomizados (por cualquier causa), pacientes con miastenia gravis y pacientes inmuno-comprometidos que recibieran corticosteroides por al menos dos semanas, en dosis mayores a 20 mg por día, pacientes con linfomas, leucemias o neoplasias diseminadas. La vacuna también está contraindicada en el embarazo y podría aplicarse de ser estrictamente necesario, pero no antes del sexto mes.
Según la Organización Panamericana de la Salud, la enfermedad es endémica en algunas regiones de Sudamérica. En 2019, último informe disponible, en la región se notificaron casos confirmados en Brasil, Bolivia y Perú. En 2018, también había habido casos en Colombia y Guayana Francesa.
Para viajar a la mayoría de los destinos brasileños, incluidos Río de Janeiro, San Pablo y Florianópolis, se recomienda estar vacunado.